pamplona. Salud ha debido afrontar en la última década casi 800 reclamaciones por responsabilidad civil debidas a errores, acciones u omisiones cometidas por su personal, en definitiva por un anormal funcionamiento del sistema sanitario. Como consecuencia de las responsabilidades derivadas de estos errores para la aseguradora del SNS-O ha supuesto un desembolso de 6,1 millones de euros, con un importe indemnizatorio medio por reclamación de 7.758 euros.
El pasado año fue el de más reclamaciones tramitadas, un total de 99, pero también el de menor importe medio indemnizatorio, 765 euros, es decir, se trató de un periodo que registró una alta tasa de reclamaciones, pero en el que los juzgados de lo contencioso-administrativo fijaron indemnizaciones de escasa cuantía, la mitad que en 2008, cuando el pago medio en los 80 casos contabilizados fue de 15.530, la cifra más alta de la década.
"En tasa de reclamaciones por habitante, Navarra sigue la estadística general y, por especialidades médicas, las que más demandas motiva, porque es la que conlleva consecuencias más graves para las familias es Ginecología y Obstetricia. En su mayoría, las reclamaciones obstétricas vienen motivadas por el nacimiento de niños malformados, por una falta de empleo de medios diagnósticos en su momento o con daños inexplicables teniendo presente el estado de la ciencia y los medios ecográficos disponibles. El nacimiento de fetos aquejados de graves anomalías no se corresponde con los medios técnicos que se asegura haber utilizado en el seguimiento de los embarazos. La gestante, a la que se le ha asegurado durante el transcurso del embarazo que todo va bien y después le nace un hijo sin brazos o piernas, piensa, con toda lógica, que el encargado de utilizar los medios ecográficos o no sabía utilizarlos o no estaba capacitado para interpretar lo que venía", explica el abogado navarro Jose Antonio Arístegui, uno de especialistas en responsabilidad médica más importantes del país.
Tras esta especialidad, Cirugía General, Traumatología y Oncología son las otras tres que más reclamaciones acumulan. "En Oncología, una cantidad notable de lesiones cancerígenas se confunden con lesiones exteriormente muy parecidas: verrugas, nevus, lesiones seborreicas, etc, y ello por no haberse seguido los protocolos diagnósticos de la especialidad, que, de haberse seguido, hubieran asegurado el correcto diagnóstico de la lesión primaria, y así haberse podido evitar el progreso de la lesión primitiva", expone.
Navarra es una comunidad en la que los pacientes tienden a reclamar los errores médicos y la mala praxis profesional. En lo que va de año, el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea ha recibido más de 3.000 reclamaciones por presuntos errores médicos o daños causados por un anormal funcionamiento del sistema sanitario. De estas reclamaciones iniciales, no todas llegarán a los tribunales, de hecho, solo lo harán un 3%, unas 150 de media al año, según Salud, y de estas, los particulares ganarán solo un 20%. "Todos los daños que, por mala praxis, se materialicen en un usuario del sistema son susceptibles de reclamación, pero el hecho de se presenten muchas o pocas tiene que ver con el nivel sociocultural de la población que utilice dichos servicios. En Navarra hay un mayor conocimiento que en otras regiones por parte de la sociedad de por qué ocurren las cosas y eso es debido al conocimiento general, a la educación", apunta el abogado.
Casi un 90% de las negligencias médicas pasan desapercibidas. El indicio más racional para que una familia o afectado pueda intuir, y por tanto, investigar a fondo lo que realmente ha ocurrido es que se produzca un resultado desproporcionado en comparación con lo que es habitual. "Que una persona que se opera de cataratas fallezca es un resultado desproporcionado con el que se espera y los profesionales habrán de ofrecer explicaciones racionales de lo sucedido y no afirmar que ha muerto de parada cardiorrespiratoria, ya que al final todos entramos en parada cardiorrespiratoria cuando morimos", apunta. "No solo en la responsabilidad médica, sino en toda la responsabilidad civil en general, el gran problema es el de la prueba de lo sucedido. Todo lo que haya ocurrido hay que explicárselo al juez o jueza de manera comprensible, y no todos tienen la misma preparación, ni el sentido común, ni la misma inteligencia, en términos abstractos", añade.
La principal causa por la que se entierran la gran mayoría de las negligencias médicas es por el corporativismo médico, según advierte Arístegui , "el hoy por ti, mañana por mí". Esta inclinación abusiva a la solidaridad interna y a la defensa de los intereses profesionales, aún ante errores groseros por llamativos sigue existiendo. "Dentro de la medicina, donde más se da el corporativismo a ultranza es en Ginecología y Obstetricia. El mayor error de un abogado que se le encomiende la defensa de un procedimiento de esa especialidad es solicitar el nombramiento de perito judicial a la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia porque ese perito va a fallar a favor de su compañero implicado, del servicio autonómico o del seguro, nunca del particular. Uno de los grandísimos problemas del sistema judicial español es que no se persigue el delito de falso testimonio de peritos en juicios porque no hay ganas ni tiempo, ni recursos", censura el letrado.
culpa Para este especialista, "una y otra vez son los mismos médicos los implicados en los casos de mal praxis, y sus compañeros son conscientes de ellos y lo saben". "Ni un solo médico que trabaje en lo público va a reconocer su culpa o negligencia porque se expone a que la Administración cumpla el mandato legal y proceda contra ellos, aunque también debo decir que ningún abogado reconocerá a su cliente que se equivocó en su estrategia de defensa", comenta Arístegui, quien recuerda que el hecho de que un paciente firme el consentimiento informado no exime de responsabilidad a Salud cuando realmente esta se haya producido.