PAMPLONA. Estas son algunas de las conclusiones más destacadas de un estudio realizado por la revista Eroski Consumer sobre la calidad nutricional de los menús infantiles que se ofrecen en los restaurantes del Estado.

Para el estudio se han visitado 180 restaurantes ubicados en A Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia y Vitoria, ha informado en un comunicado la revista.

En la capital navarra, se visitaron diez restaurantes y a cada uno se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños, tipo de platos, ingredientes o técnicas culinarias, "con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera".

Siete de los menús infantiles analizados no lograron aprobar el examen dietético propuesto por Eroski Consumer, por lo que obtiene un "mal" como nota final, peor que la media del estudio, que ha sido "regular".

El precio medio de los menús evaluados en Pamplona es de 11,4 euros, un 9 por ciento más económico que el coste global del estudio, que se eleva a 12,5 euros.

El conjunto del estudio ha revelado que los menús infantiles analizados no ofrecen platos variados ni equilibrados y casi la mitad de ellos no logra aprobar el examen dietético propuesto por Eroski Consumer.

Sobre todo, por la insuficiente variedad de alimentos que incluyen (las legumbres y la verdura no son nada frecuentes), la repetición en las guarniciones y salsas (casi siempre patatas fritas o salsa de tomate frito) y el excesivo empleo de técnicas culinarias grasas (fritos, empanados y rebozados).

La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales.

En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en Pamplona, ninguno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en nueve de ellos se podía encontrar pasta o arroz, la combinación más habitual.

Además, tampoco en ningún menú infantil estudiado en la capital navarra incluían las legumbres como plato en la oferta de menú y tampoco pescado.

Solo uno de los diez menús infantiles estudiados en Pamplona ofrecía guarniciones y salsas variadas, como, por ejemplo, salsa de verduras, patatas y pimientos.

Asimismo, en tres de los menús pamploneses analizados, más del 50 por ciento de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas, en especial, fritos.

Uno de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Pamplona, el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos, aunque la fruta fresca sólo en dos se incluía como postre.

Sobre la opción de menús "dietéticos", adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias, uno solo de los restaurantes de Pamplona incluía esta posibilidad.