Javier. La segunda Javierada de 2013 culminó con el Vía Crucis y la tradicional misa en la explanada del castillo de Javier, concelebrada en esta ocasión por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez; y el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal recién llegado desde el Vaticano donde participó en el Cónclave en el que se eligió al nuevo papa Francisco. Monseñor Rouco Varela recordó en la cuna del jesuita navarro que "el pontífice quiere llamarse Francisco de Asís, no Francisco de Javier", pero puntualizó ante los fieles navarros que el santo también puede ser considerado como un San Francisco de Asís por su "modo de vivir con Dios".

La eucaristía comenzó con un ligero retraso, sobre las 17.15 horas, ya que el presidente de la Conferencia Episcopal llegó casi directo desde Roma y no le dio tiempo a realizar el Vía Crucis, como estaba previsto.

Las referencias al nuevo pontífice fueron acogidas con fervor por los caminantes y seguidores de la tradicional peregrinación. De esta forma, se escucharon en numerosas ocasiones gritos de apoyo al Papa y, a pesar del frío y la lluvia, no cesaron los alegres cánticos de celebración entonados por los más jóvenes.

El arzobispo de Madrid indicó que "venir a Javier es encontrarse con la historia de Francisco Javier, que encontró la Gracia después de una vida en la cual le pareció que la felicidad venía al margen de la Gracia de Dios, hasta que un día se encontró con Ignacio de Loyola". Tras este encuentro, según puntualizó el arzobispo, "se entregó al amor de Dios e hizo de su vida una respuesta constante y heroica que le llevó a desprenderse de todo para seguir cumpliendo con la llamada de Cristo y llevar su nombre a tierras muy lejanas".

Rouco Varela, conocedor de primera mano de los entresijos del cónclave papal, insistió en la importancia de las enseñanzas de San Francisco de Asís, de quien el Papa ha adoptado su nombre y que "vivió a la entrega del Señor y al amor de Cristo con el corazón abierto, y eso es lo que quiere enseñarnos y animarnos a vivir el Papa Francisco".

El arzobispo de Madrid mostró su "alegría" por "haber podido peregrinar a Javier", unas marchas que sirven para "encontrar la Gracia, el amor sin reservas y sin acondicionamientos, el amor de Dios, porque sólo Dios ama así". "Sólo los hombres que se dejan amar por Dios aman así, por eso la Gracia la ha buscado el hombre desde el principio de su historia afanosamente, hasta que hubo un momento en la historia del hombre en la que esa Gracia se hizo realidad en Cristo Jesús", añadió durante la homilía.

Mensaje de amor El presidente de la Conferencia Episcopal, además de acordarse del recién nombrado Papa, quiso dirigirse a los allí presentes, llegados en peregrinación desde varios puntos de Navarra e incluso desde el resto del Estado. Religiosas, jóvenes estudiantes, grupos de adolescentes como Zagales de Burlada, Amigó y Madrid, o familias al completo, escucharon las palabras de Rouco Varela, quien mandó un mensaje centrado en el amor y animó a los peregrinos a "buscar la Gracia constantemente en su vida con misericordia para poder amar como ama el Señor", basada en el mensaje del papa Francisco. "En la misa de ayer -por el viernes- en la Capilla Sixtina el Papa Francisco nos decía que la vida tiene un punto culminante, un punto de referencia que es creer en Cristo crucificado y buscar su gloria en la vida propia", añadió.

Rouco Varela, además, tuvo presente la complicada situación económica. "Cuando hay tantos problemas que afectan a la realidad económica, al trabajo, a la familia, el matrimonio, los hijos, si uno quiere entrar a la solución de los problemas tiene que encontrar el camino de la Gracia de Dios y vivirla", resaltó en consonancia con el sermón.