"Ser madre a los 47 años lo vivo con más ilusión que muchas jovencitas"
irantzu otazu larrauri está embarazada de cuatro meses cuando menos se lo esperaba y por vía natural
pamplona. Irantzu Otazu Larrauri tiene 47 años -cumple 48 en noviembre- y está embarazada de cuatro meses. Aunque parezca insólito -sobre todo porque en su caso aparenta diez años menos- en 2011 se dieron hasta cuatro embarazos a esta misma edad en la Comunidad foral. El Instituto de Estadística de Navarra registró, además, 20 partos de mujeres mayores de 45. Contra todo pronóstico médico y sin parar ni un minuto, en medio de dos jornadas maratonianas de trabajo en el bar-restaurante Mikael, uno de los dos locales que mantiene abiertos en Pamplona junto a sus tres hermanos, explica emocionada sus preparativos para la boda "en el juzgado de Barañáin".
Ella y su pareja Iñaki Iriarte, con 19 años de noviazgo detrás, creían que este momento no iba a llegar nunca pese a no haber probado ningún tratamiento de fertilidad. "Sabíamos que si venía la criatura de manera natural sería una gran alegría pero que no íbamos a atormentarnos por ello", expone. Irantzu estuvo mes y medio sin saber nada, se inclinó por creer que tenía la menopausia y que, al menos, se había quitado un "engorro" de encima. "Me cansaba mucho y tenía mucho sueño, y temía que llegaba una temporada dura de trabajo que eran las Navidades y que no iba a dar de sí...", relata. Hasta que se decidió hacerse un test de embarazo con un medidor de farmacia: la prueba dio positivo. No se lo podían crear. "Va a ser nena y hemos aprovechado el embarazo para casarnos, para celebrar todo...", destaca. La vida les recompensaba a la pareja después de muchos años pendientes de sus padres y, en el caso de Irantzu, luchando por el negocio familiar. Por circunstancias familiares no han podido vivir juntos desde hace dos años, cuando murió la madre de su compañero, hijo único. "La situación se ha alargado porque yo vivo con mi madre viuda y una hermana suya. Para ellas esta niña es un homenaje", explica.
Se casan la semana que viene y está loca de contenta, viviendo una segunda juventud. "El médico me ha dicho que estoy sanísima. Lo único malo es que era fumadora pero ahora lo estoy dejando", explica. Hace siete años le dijeron que tenía un 2% de probabilidades de embarazo pero ella no ha sido nunca "muy amiga de médicos". "Hoy me siento con fuerza, llena de energía e ilusión para darle todo el cariño a esta niña, para seguir disfrutando más que nunca de la vida. Veo a muchas madres más jóvenes a las que se les cae el mundo encima... yo he tenido la suerte de tener una familia maravillosa y una madre, Chelo Larrauri, que sacó adelante a sus cuatro hijos cuando enviudó y dos negocios de hostelería, el Mikael y el Savoy. Cuando te toca luchar desde pequeña tienes ese valor contigo y, a la vez, desarrollas una cierta fortaleza, una paz interior que te permite afrontar los problemas y retos", relata. La niña se llamará Leyre o Lorea y podrá jugar con sus seis primos, hijos de sus hermanos Aitor y Ramón. Acaban de reformar la vivienda que perteneció a la madre de Iñaki, Carmen. "Nosotros decimos que la niña nos la ha mandado Carmen desde el cielo. Lo que tu das, la vida de lo devuelve de algún modo y en algún momento. Es así", sentencia con su sonrisa.
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