pamplona. Juan Antonio Martín Torremocha tenía 40 años cuando encontró la muerte a manos de su hermano. Conservaba su aspecto juvenil y aficiones que compartía desde pequeño, pero también desde hace menos tiempo, con sus amigos del barrio, donde era muy popular. "Alegre, amigable, buena persona"... sus amigos y conocidos enumeran una lista interminable de cualidades, entre las que sus familiares y vecinos también destacan la de haber asumido la responsabilidad de llevar el hogar donde residía con su padre, octogenario, y su hermano, Valentín, ahora convertido en su homicida.

"Cuidaba con cariño de su madre, hasta que falleció tras estar prácticamente impedida durante años, y de su padre", recuerdan.

Juan Antonio sufría una lacra común en estos tiempos a muchos navarros, el paro. Aunque durante algún tiempo se dedicó de forma intermitente al reparto de serrín, en la actualidad se encontraba desempleado. Dos aficiones, principalmente, ocupaban las horas de este antiguo alumno del colegio Cardenal Ilundáin: el béisbol y los dardos.

El fallecido se entregó al primero de estos deportes en el Club Arga, y practicaba el segundo en diferentes locales, pero principalmente en el bar Olimpia del pamplonés barrio de la Rochapea, donde guardan un buen recuerdo de él. "Todo el mundo le quería. Es muy injusto lo que ha ocurrido", dicen de él sus amigos, aún sobrecogidos por el terrible suceso. Desde el establecimiento, además de sus cualidades personales, destacan que era un buen jugador de dardos. Tanto era así que el pasado año participó en la Liga Nacional. Durante estos últimos años, Juan Antonio formó parte de dos equipos, uno competía en el bar Enarak y otro en el bar Olimpia. También formaba parte del Club de dardos San Fermín.

La muerte de Juan Antonio fue conocida muy pronto a través de las redes sociales por sus amigos pues la casualidad quiso que de madrugada uno de ellos estuviera en Urgencias cuando llegó herido. Sus amigos nunca le oyeron mencionar que mantuviera desavenencias con su hermano. "Nunca se metió en follones", señala un amigo, incrédulo ante lo sucedido.