pamplona - La investigación judicial que dirige el Juzgado de Instrucción número 5 de Pamplona sobre la muerte en las fiestas de Burlada del pasado verano del vecino de Cizur, Alfonso Remigio Cueva, ha terminado por demostrar que el único imputado en su día por estos hechos, V.K.B., un ciudadano búlgaro de 28 años y vecino de Burlada, no tenía relación con los mismos y no se encontraba en el lugar en el que se produjo la muerte de Cueva.

Conviene recordar que este, padre de cinco hijos, falleció a los 53 años tras sufrir un puñetazo en la cara que le hizo caer al suelo. Al golpearse su cabeza contra el pavimento, sufrió un edema cerebral por el traumatismo craneoencefálico sufrido y murió tras tres días en la UCI.

A raíz de este fallecimiento, fue arrestado el 21 de agosto el vecino de Burlada, V.K.B., de quien en un principio se sospechaba que podría haber sido el autor del puñetazo que acabó en el golpe fatal. Tras declarar ante la juez, quedó en libertad con cargos y tenía que presentarse en el juzgado dos veces al mes. Sin embargo, las pruebas aportadas por su defensa y la investigación para localizar su teléfono móvil han terminado por demostrar que este hombre no se encontraba en el lugar de los hechos cuando Alfonso Cueva recibió el puñetazo. Es decir, no participó en la pelea multitudinaria que se produjo en el lugar. Sí es cierto que el inicialmente imputado había tenido un altercado en el interior de un bar de Burlada, cercano al lugar de los hechos, pero posteriormente él declaró que había quedado con otros amigos en Pamplona y que subió hacia la capital en taxi para seguir de fiesta por la noche. Así lo han acreditado cámaras, otros testigos y el posicionamiento de su teléfono, por lo que a finales de noviembre, la magistrada decretó el sobreseimiento provisional de su imputación al no haber pruebas contra el mismo. La rueda de reconocimiento a la que se sometió de inicio, al ser arrestado, tampoco fue muy concluyente.

AHORA, UN MOLDAVO IMPUTADO El hecho es que la instrucción de la causa avanza a duras penas a tenor de la dificultad de encontrar pruebas que acrediten fehacientemente al autor del puñetazo que recibió Cueva. Las cámaras de videovigilancia de la calle Mayor de Burlada y que se encuentran cerca del lugar no enfocaban hacia el punto exacto donde se desató la riña en la que Cueva resultó golpeado. Y tampoco los testigos han arrojado mucha luz a la investigación habida cuenta del alto número de participantes en la pelea (hasta 40). También a finales de año se tomó declaración como imputado a un ciudadano moldavo, A.B., vecino de Pamplona de 29 años, que fue reconocido por familiares del fallecido por estar en el lugar de los hechos. Ahora, habrá que ver si la investigación confirma los indicios sobre esta persona u otra, que fue señalada en la rueda de reconocimiento como posible interviniente.