Aquel 23 de marzo de 2014 se registraban ya 49 casos y 29 muertes por la enfermedad, muy lejos de los más de 1.000 casos que se registrarían meses después, entre noviembre y diciembre, y de las más de 10.000 muertes que ha dejado ya el ébola. El virus traspasó fronteras y alertó a todo el Estado con el caso de Teresa Romero. Navarra, por su parte, ha tenido su protagonismo al estar varias personas en contacto con la enfermedad y la incertidumbre de los sanitarios ante las dos veces que se activó el protocolo de actuación.

Juliana Bonoha Bohi fue la primera persona vinculada con Navarra en ser repatriada de Liberia el pasado día 7 del mes de agosto, junto con el religioso Miguel Pajares, contagiado por ébola, quien murió a los pocos días después. Bonoha, una monja que lleva 40 años veraneando en la localidad de Mélida dio negativo en las pruebas de ébola y recibió el alta en el hospital Carlos III de Madrid. Dos meses después, volvió a su querida Mélida para descansar.

Poco después, en septiembre, Navarra activó por primera vez el protocolo de actuación ante un posible caso de ébola cuando un paciente, que recientemente había regresado de Nigeria, acudió al servicio de urgencias del Hospital Reina Sofía de Tudela con fiebre alta y dolores musculares y abdominales. Finalmente, se confirmó que el primer casos sospechoso de ébola era malaria.

Un mes después, el primer caso confirmado de ébola, el de la auxiliar Teresa Romero, captó la atención de todo el país. El temor a que el virus se expandiera dentro del territorio estatal y la inexperiencia de los sanitarios ante tal enfermedad, provocó quejas y críticas de los profesionales por falta de formación. En Navarra, el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea recibió las críticas de los profesionales sanitarios, quienes reprocharon la insuficiente formación recibida en la Comunidad Foral a la hora de enfrentarse a un posible caso de ébola.

Las quejas de sanitarios y sindicatos dieron sus frutos y el departamento de Salud de Navarra puso en marcha, durante el mes de octubre, un programa para que los sanitarios conocieran los aspectos epidemiológicos de la enfermedad, adquirieran adiestramiento en el uso correcto de los equipos de protección individual y en el protocolo de actuación ante sospecha de casos de ébola. En dicho programa participaron cerca de 350 profesionales de Osasunbidea.

El segundo traslado de una persona navarra tuvo lugar en noviembre, cuando una médico cooperante de Médicos Sin Fronteras (MSF) fue trasladada a Madrid desde Malí ante la sospecha de que se había contagiado de ébola, ya que se había pinchado con una aguja atendiendo a un enfermo. Una vez en Madrid, fue rápidamente puesta en observación en el hospital Carlos III sin mostrar síntomas propios de la enfermedad. Poco después, recibió el alta tras dar negativo en la enfermedad.

La segunda vez que se activó el protocolo de actuación no llegó hasta principios del mes de febrero. En esta ocasión, una paciente, embarazada de 32 semanas, “cumplía criterios clínicos y epidemiológicos compatibles con caso en investigación de ébola”, según destacó entonces el Gobierno de Navarra. La paciente presentaba fiebre alta y había estado en fechas recientes en Guinea Conakry. La prueba fundamental dio, por fortuna, un resultado negativo, tanto para ébola como para malaria.

en la zona de riesgo Desde que se declaró el primer gran brote de ébola hace hoy un año, diferentes navarros y navarras han acudido hasta los lugares con más riesgo de contagio para socorrer a las personas enfermas e intentar frenar, en la medida de lo posible, la expansión del virus. El navarro Mikel Martínez es uno de los escasos científicos españoles que han investigado con elementos vivos del virus, con el fin de diseñar fármacos que curen la infección. Por otra parte, Joaquín Mencos y Pablo San Julián han sido voluntarios de Cruz Roja en Sierra Leona, donde han ayudado en medidas de prevención del ébola. Patricia Ruiz, de Médicos del Mundo y presidenta de la Coordinadora de ONGD, trabajó en Sierra Leona con el mismo fin. También acudieron con voluntad de ayudar misioneros como el navarro José Luis Garayoa.

10.004

Según el último informe de situación publicado por la Organización Mundial de la Salud, el brote de ébola que golpea con saña África Occidental ya se ha llevado la vida de 10.004 personas. Esta cifra ha sumado todos los fallecimientos desde que, el pasado 6 de diciembre de 2013, muriera un niño de dos años en un pequeño poblado de Guinea tras haber estado jugando con un murciélago que le contagió el virus. Los tres países en los que ha muerto la mayoría de las víctimas del ébola son Liberia (4.162), Guinea (2.187) y Sierra Leona (3.655).

25.000

En total, casi 25.000 personas en nueve países de tres continentes diferentes se han contagiado del mortal virus durante este gran brote, de los cuales 840 eran médicos o personal sanitario (de estos, 491 han muerto), según un informe de la Organización Mundial de la Salud.

100

Los esfuerzos realizados por intentar frenar la escalada de contagios han surgido efecto. En los últimos meses, el número de nuevos casos por semana ha disminuido a 100, una cifra que dista bastante de los 1.000 casos nuevos por semana que se registraban durante los meses de noviembre y diciembre.

koroma “todos deberán permanecer en sus casas”

El presidente de Sierra Leona, Ernest Koroma, decretó el sábado en un mensaje a la nación el confinamiento de toda la población del país durante tres días consecutivos -del 27 al 29 de marzo- para luchar contra la epidemia de ébola. El confinamiento supone que “todos los ciudadanos se queden en casa desde las 6.00 a las 18.00 horas desde el viernes 27 de marzo al domingo 29”, indicó el presidente. Además, “no se permitirá ninguna actividad comercial en ese periodo”. Este confinamiento ha sido decretado porque Sierra Leona es uno de los tres países más afectados por la epidemia, y tiene el mayor número de casos identificados -unos 12.000-, según datos de la OMS.