“Todos moriremos algún día y deberíamos tener una garantía de que no sufriremos si las cosas se tuercen”
El derecho a morir dignamente es algo con lo que todos deberíamos contar según Manuel Eciolaza, para quien hablar sobre la muerte debería ser algo natural
pamplona - El médico de Atención Primaria en Burlada y presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente en Navarra, Manuel Eciolaza, impartió una charla el pasado jueves en la Universidad Pública de Navarra en la que señaló que la muerte digna es un derecho de todas las personas.
¿Es la muerte digna una parte fundamental de una vida digna?
-Sí, no hay ninguna duda, porque la muerte es el final de la vida. Si vives mal o indignamente, sin calidad, morirás mal.
¿Está la sociedad a favor o en contra de la eutanasia?
-Hay muchas más personas que apoyan la eutanasia de lo que la gente piensa. En Francia, el 90% de la población está a favor, aunque todavía no haya salido la ley. En España, en el entorno de la medicina hay un 70% de personas a favor y de la totalidad de la población hay un 80% que está de acuerdo. Tiene que quedar claro que apoyarlo no significa utilizarlo o practicarlo. Además, habría que hablar de matices, porque no es lo mismo la eutanasia que el suicidio asistido, y supongo que unos estarán más a favor de una cosa que de otra.
¿Cuál es la diferencia principal entre estos dos conceptos?
-La diferencia se encuentra en que la eutanasia es algo que el médico proporciona al paciente que lo solicite, es decir, es el médico el que mete el chute en el cuerpo a la persona. Cuando hablamos de suicidio asistido, en cambio, siempre es el paciente el que ejecuta la acción, el que pulsa el botón para recibir la inyección.
¿Se han hecho encuestas para saber la opinión de los navarros sobre este tema?
-Que yo sepa no, porque son encuestas que las realiza el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) a nivel nacional, pero la última que hicieron fue hace muchos años. Deberían hacer más para que se viera la opinión general y esto se les trasladara a los políticos para que dieran los pasos necesarios para cambiar el Código Penal en pos de una legalización de una ley de suicidio asistido o eutanasia.
¿La muerte digna es un debate a la orden del día o está en un segundo plano?
-Creo que se mira hacia otro lado cuando se habla de estos temas, como si la muerte no existiera. Pero nos vamos a morir todos. De vez en cuando sale un caso de alguna persona desgraciada que va a acabar su vida en condiciones muy lamentables. Es ahí cuando el tema vuelve a un primer plano, porque vivimos en un mundo amarillista de noticias impactantes. Sale el caso particular y, después, el tema vuelve a quedar en el olvido.
Hace no mucho, el Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra, presentó una proposición no de ley para despenalizar el suicidio asistido.
-Me sorprendió mucho la proposición no de ley del PSE-EE. Está muy bien que lleven ese tema a debate, de la misma forma que Bildu está promoviendo una ley de últimas voluntades. Aún así, el PSOE pudo cambiar muchas cosas a nivel nacional cuando Zapatero era presidente, pero se echó atrás y no cumplió su promesa de despenalizar.
¿Qué debería hacerse para que se empiece a hablar de un cambio?
-Se debería concienciar a la población en general. En un primer momento habría que concienciar a los políticos, porque son los que pueden dar los pasos hacia delante. Pero también a los sanitarios, para que conozcan los derechos de los pacientes a una muerte digna e informen de ello a los mismos. En general, todo el mundo debería conocer sus derechos porque nos vamos a morir todos, de eso no hay duda, y deberíamos tener la garantía de una buena muerte cuando las cosas se tuercen, para no sufrir agonías. Se debería normalizar la situación, porque me parece que la ética del siglo XXI ya no se basa en si vamos a durar cinco o quince días más, sino en evitar ese sufrimiento puesto que, tarde o temprano, te vas a ir.
¿Cómo está registrado esto en la legislación actualmente?
-Tenemos la Ley General de Sanidad, que ya tiene 35 años y la Ley de Autonomía del Paciente, que es de 2012. Lo que permiten estas leyes es, aparte de una resolución de derechos a no sufrir y estar acompañados, rechazar los tratamientos, porque la decisión es siempre del paciente. Tenemos derechos a cuidados paliativos pero también la sedación paliativa o la sedación terminal. Otra cosa es el momento en el que se lleven a cabo estas prácticas, porque a veces se hacen demasiado tarde y la persona sufre igualmente.
Parece que falta un simple paso para que se legalice la utilización de la eutanasia o el suicidio asistido.
-Es un paso pequeño pero que significaría un nuevo derecho que tenemos que tener en este siglo. Conseguiremos llegar a esta meta mediante la consecución de pasos pequeños. Por eso, es importante que la ciudadanía también se manifieste para lograr tener ese derecho del que hablo.
¿Qué o quién impide avanzar en la consecución de una muerte digna?
-Las mayorías políticas, porque no les interesa perder votos, especialmente entre los partidos de derechas.
No debería ser un asunto de izquierdas o derechas.
-En teoría no. Sean del partido que sean, lo único que les preocupa es no perder votos, así que tienen miedo de aprobar una ley que no guste a todos sus votantes.
¿Se debería concienciar de la muerte digna desde la base de la población para llegar hasta los políticos?
-Por supuesto, se debería concienciar a través de la educación. Deberíamos de hablar sobre la muerte digna con completa naturalidad a cualquier edad, y no cuando ya tenemos ciertos años. En otros países como Bélgica o Suiza, es un tema como otro cualquiera, porque han hablado de él siempre.