pamplona - La neurocirugía, en palabras del doctor Eduardo Portillo Bringas, “es la cirugía junto a tejidos nerviosos en la que intentamos extirpar la patología que la daña sin dañar más al tejido, porque quitar un tumor y dejar al enfermo mal es fácil; el asunto es quitarlo y no dañar al tejido nervioso”. El jefe de este servicio en el Complejo Hospitalario de Navarra, anfitrión del XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neurocirugía que se celebra hasta mañana en Pamplona y al que asisten unos 500 profesionales, señala que al año realizan unas 650 intervenciones quirúrgicas, de las que aproximadamente la mitad corresponden a patologías de la columna espinal, tanto hernias discales como estenosis (estrechamiento) de canal o tumores, y el resto, fundamentalmente patologías vasculares, tumores cerebrales y traumatismos. Una cita, con “primeras figuras de la neurocirugía mundial”, para “mejorar la atención entre todos”.

¿Qué retos tiene sobre la mesa la neurocirugía en estos momentos?

-El mayor reto es lograr que todas las especialidades que trabajamos para el cerebro lo hagamos juntas. No que hagamos cada uno nuestra parte y luego ahí se queda el enfermo. Hay psicólogos en la parte final, hay neurólogos como parte inicial, que son los que diagnostican más los procesos patológicos, nosotros los quitamos y creemos que los hemos dejado bien, aunque luego igual te enteras... Hace falta el rehabilitador, el patólogo, el oncólogo, que le tiene que dar radioterapia o quimioterapia, el anestesista, que cambia la anestesia según la patología... Somos muchos. Es una cosa que hay que trabajar juntos; si no, no tenemos nada que hacer.

¿El cerebro es el gran desconocido?

-Yo creo que conocemos bastante bien el cerebro, pero todavía no sabemos cómo manejarlo. Pero los cirujanos lo que intentamos es no operar el cerebro, operamos lo que hay dentro del cráneo intentando tocar el cerebro lo menos posible. Levantando un lóbulo, abriendo un surco, hay patologías que tienes que quitar un trozo, pero realmente lo que hacemos es operar patologías que comprimen, empujan, molestan, pero el cerebro en sí, cuanto menos, mejor.

Se ha avanzado mucho, ¿no?

-Muchísimo. Yo empecé en el año 1975, cuando no teníamos ni escáner, y para saber lo que había hacíamos pruebas que entonces nos parecían maravillosas. Pinchabas, metíamos aire en la cabeza, metíamos un contraste y veíamos. Si la figura no era exacta, pensábamos que había algo ahí y abrías. En vez de abrir una pequeña incisión, que hacemos ahora mínima, abríamos y mirábamos y a veces te encontrabas algo y otras veces te encontrabas algo que no esperabas. El escáner llegó en el 78 y cambió totalmente, luego la resonancia, la navegación, los fisiólogos, los microscopios son mucho mejores...

¿Cuántas neurocirugías se hacen al año en Navarra?

-En el año 1975, 300; y ahora, 650 más o menos.

¿Cuáles son las patologías más habituales?

-Las más comunes son columna, porque operamos columna también, hernias discales, y hacemos con técnicas microquirúrgicas, luego tumores cerebrales, hemorragias cerebrales, aneurismas, luego niños con hidrocefalias y antes muchísimo traumatismo, ahora ha bajado más de un 80%. La gente no tiene accidentes, ha bajado muchísimo. Ha aumentado muchísimo los hematomas por Sintrom, la gente mayor que toma Sintrom se descompensa o pequeños golpes que antes no eran nada se hacen hematomas; se han compensado los traumatismos craneales en accidente con las hemorragias con el Sintrom.

¿Qué recomendaría a los ciudadanos para cuidar su cerebro?

-Lo mejor es hacer lo que te gusta -sonríe-. Para cuidar el cerebro lo mejor es tenerlo activo, como todos los órganos: leer, disfrutar, hablar... La gente tiene un miedo terrible: no come esto porque es malo para esto, no hace esto... No es para tanto la vida; haciendo de todo un poco sin excesos en ningún campo es la mejor manera de cuidar el cerebro y todo.

También preocupan los derrames cerebrales...

-Los ictus hemorrágicos la mayoría son patología para el neurólogo, porque muy pocas son patología para operar. Algunas las hay por supuesto, si están en una zona no muy funcionante, si el enfermo está en buenas condiciones, si el quitar o no le vas a dejar más déficit que no, las quitamos. Pero no es la patología más típicamente neuroquirúrgica.

¿Están aumentando?

-Sí, están aumentando mucho por el Sintrom. El Sintrom, por un lado, es bueno, por supuesto, si no no se pondría, pero, por otro, la sangre coagula menos y favorece las hemorragias.

¿Qué espera el servicio de la realización de este congreso?

-Queremos que los navarros sepan que tienen un servicio de Neurocirugía moderno, equipado y, sobre todo, con ilusión, que eso es importante.

¿Cuántas personas trabajan en él?

-Somos ocho, seis de plantilla y dos residentes. No pido a la Sociedad Española más residentes porque cuantos más residentes hay, menos operan. Y cuanto menos operan, peor neurocirujanos son. Si tienes residentes como los que tengo, competentes y con ganas de trabajar, que en vez de trabajar 8 horas trabajan 14, pero operan más, saldrá mucho mejor neurocirujano y eso será mucho mejor para todos los que estamos aquí.