pamplona - Miguel Hernáez, profesor riojano de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), va a diseñar unos sensores de fibra óptica para medir la presencia de testosterona que podrían aplicarse para detectar esta sustancia en la orina en controles de dopaje o en aguas contaminadas.
Todo ello gracias a que ha conseguido un contrato de investigación Marie Sklodowska-Curie concedido por la Unión Europea (UE) para desarrollar este proyecto durante los próximos dos años en la Universidad de East Anglia, en Norwich (Reino Unido).
La metodología que desarrollarán es “muy novedosa”, ya que no se ha utilizado “nunca”, y si funciona, se podría aplicar para desarrollar sensores utilizables en la detección de otras moléculas. Hernáez explicó que se eligió la testosterona en este proyecto porque su detección tiene aplicaciones en medicina y en medio ambiente y, además, por sus características, es “totalmente afín” a los polímeros que desarrolla la Universidad de East Anglia.
aplicaciones posibles Entre las posibles aplicaciones de los frutos de esta investigación, destaca su uso en los análisis de orina de los controles de dopaje, dado que la testosterona puede utilizarse para mejorar el rendimiento deportivo y en otras pruebas de salud para medir la fertilidad. También se podría usar en controles medioambientales para evaluar la composición del agua porque esta hormona sexual masculina empeora su calidad.
El estudio de este doctor en Ingeniería de Telecomunicación será supervisado por Andrew G. Mayes, profesor de la Escuela de Química de la Universidad de East Anglia y líder de un equipo de investigación que colabora con el grupo de Sensores de Fibra Óptica de la UPNA, con el que Hernáez realizó su tesis doctoral.
Aunque hasta el próximo mes de septiembre no comenzará esta investigación, en la actualidad ya se encuentra en la Universidad de East Anglia, donde intentará dar alguna clase relacionada con la electrónica digital como hace habitualmente en Pamplona.
El grupo de Sensores de Fibra Óptica de la UPNA se encarga de diseñar distintos tipos de dispositivos en este material para medir diferentes valores, como temperatura, humedad y gases. Además, han desarrollado biosensores para detectar la presencia de determinadas moléculas. Por su parte, el grupo de investigación liderado por el profesor Andrew G. Mayes se dedica a elaborar unos materiales especiales de polímeros que son capaces de cambiar su estructura en presencia de una molécula determinada. En su proyecto, Hernáez pretende combinar el trabajo de ambos equipos universitarios para poder fabricar nuevos sensores de fibra óptica. Según precisó, los polímeros del grupo del profesor Mayes son “muy versátiles”, de modo que se pueden desarrollar para moléculas de características muy diferentes.
En los últimos nueve años, Miguel Hernáez ha participado en diez proyectos financiados con ayudas tanto públicas como privadas. - D.N.