su aspecto intimida, aunque su dueño asegura que es “inofensivo y esquivo” con los seres humanos”. Desde el hocico hasta la punta de la cola son más de medio metro de varano que se perdieron hace tres días en Lakuntza, cuando Odei Juango, su propietario, lo llevó a tomar el sol. “Es un animal que necesita calor. Durante el invierno lo tengo en el terrario, con bombillas, pero el fin de semana lo llevé a la huerta a que le diera el sol y se escapó del cerrado en el que lo metí. Fue cuestión de cinco minutos y desapareció”, recordaba ayer este aficionado a los animales exóticos, de 20 años de edad, que en su casa de Lakuntza tiene cuatro camaleones, dos gecos (pequeños reptiles), dos ranas de ojos rojos y un guacamayo, entre otras mascotas.

Tras buscarlo por los alrededores, Odei, que es miembro del equipo ciclista amateur Caja Rural, se resignó a que solo volvería a reunirse con el varano si alguien se topaba con él.

“Lo compré cuando tenía solo dos meses y ya lleva dos años conmigo. Aunque no sea una mascota típica, como un perro o un gato, se crea un vínculo con él, se le coge afecto. No lo daba por perdido pero sabía que sería difícil encontrarlo si alguien no lo veía”.Precisamente es lo que ocurrió ayer por la mañana, cuando otro vecino de Lakuntza se cruzó con el reptil cerca de las huertas en las que se extravió y telefoneó al 112. Fermín Garrués, guarda forestal responsable de la demarcación de Ultzama-Arakil, se trasladó hasta el lugar para hacerse cargo del varano. “Estaba aletargado, frío... No se movía. Lo he recogido para llevarlo a la Granja Escuela Ilundáin, donde se encargan de rehabilitar animales, pero justo me han llamado y me han dicho que ha aparecido el dueño. He quedado con él para devolvérselo y le he dado una alegría”. Este guarda forestal destaca que “intervenimos con todo tipo de animales, pero esta es la primera vez que lo hago con un varano. Tenía una herida en la cola, posiblemente por el mordisco de otro animal, pero sobrevivirá”.