Una alternativa ecológica a los hábitos de vida actuales. Los alrededores del Parque de los Sentidos de Noáin presentaban ayer una estampa poco usual. Decenas de personas se animaron a participar en la quinta edición de Bionoáin, un espacio pensado para conocer, disfrutar, degustar, comprar y aprender sobre distintos aspectos relacionados con la ecología y la sostenibilidad. El buen tiempo protagonizó la jornada e invitó a numerosas familias a acercarse a la localidad.

Desde las 10.00 horas, el entorno del Centro Municipal de sostenibilidad Lorenea acogieron un mercadillo de productos bio. Entre ellos, predominaron los alimentos de producción local: queso Idiazábal, vinos ecológicos, verduras, hortalizas, aceite, panadería y repostería. En este sentido, los asistentes pudieron degustar algunas muestras gastronómicas en los puestos instalados para ello, como crepes, talos y hamburguesas, todos ellos ecológicos.

Además de adquirir y probar las posibilidades que ofrece esta alimentación sostenible, la feria contó, un año más, con un puesto de cocinas solares, en el que se colocaron varias cazuelas y pucheros sobre unas superficies metálicas que cocinaba los alimentos con la ayuda del sol. A este stand interactivo, se sumaron los de movilidad sostenible, agricultura ecológica, etnografía y una granja.

A lo largo de la mañana, también tuvieron lugar varios talleres prácticos. Iñaki Urquia, arquitecto especialista en bioconstrucción impartió una sesión de esta materia. Asimismo, también se realizó un taller de productos naturales con Josenea y otro de siembra.

Pilar Idoate atrajo la atención de una gran parte de los visitantes, en especial de los adultos. Idoate, cocinera del restaurante Europa con una estrella Michelín protagonizó un taller en el que enseñó a preparar dos pinchos y un plato principal, con los alimentos recogidos por ella misma en las huertas del lugar.

Los colectivos Comenzar/Hasi y la Fundación Síndrome de Dravet también tuvieron su hueco en Bionoáin, donde aprovecharon la ocasión para vender algunos productos y financiar así sus actividades durante el año.

Como novedad, la feria contó con Zacatin, un mercado sin dinero que triunfó entre los asistentes. Además, por primera vez, la marcha de bicis por el valle de Elorz coincidió con Bionoáin: “Hemos notado algo más de afluencia que el año pasado y tenemos la suerte de haber contado con buen tiempo durante las cinco ediciones”, afirmó Raúl León Goñi, responsable de jardinería en el Ayuntamiento de Noáin y uno de los organizadores del evento, junto a Monika Usanoz, técnica de Agenda 21.

Un año más, se hizo entrega del premio Bionoáin, enfocado a personas involucradas y que participan activamente en el proyecto. En esta ocasión, el elegido fue Iosu Alzueta, el responsable de los talleres de cocina solar.

El alcalde de Noáin, Alberto Ilundáin, tampoco quiso perderse la cita, en la que participó activamente con el proyecto Rebicíclate, que lleva cinco años en marcha: “Recogemos bicis que la gente tiene en sus casas sin utilizar y las ponemos en funcionamiento”, comentó Ilundáin, que se mostró satisfecho con la respuesta vecinal.

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Es el quinto año consecutivo que Noáin acoge esta feria comprometida con la sostenibilidad.

Premio Bionoáin. Iosu Alzueta, encargado del taller de cocina solar, recibió este año el galardón de la feria.

Talleres y puestos. Los alimentos ecológicos y los talleres prácticos sostenibles protagonizaron la jornada.

alberto ilundáin “hay buen ambiente y los vecinos se implican”

Alcalde de la localidad