pamplona - En Navarra “entre 300 y 500 personas son diagnosticadas al año de alergia al polen”, siendo la segunda causa de alergia respiratoria por detrás de los ácaros y por delante de los epitelios de mascota y de los hongos aerógenos, según expuso la doctora Ana Tabar Purroy, jefa del servicio de Alergología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN). Teniendo en cuenta que alrededor de 25.700 navarros en algún momento de su vida van a tener alergia al polen o, lo que es lo mismo, cuatro de cada cien, la especialista indicó que, para ellos, “esta primavera va a ser tranquila” en la Comunidad Foral. De hecho, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica señaló que será “leve” (menos de 4.000 granos/m3).
En este sentido, la doctora Tabar expuso que “estamos en mayo y todavía llueve y hace frío, y no nos hemos quitado el abrigo”, si bien esto suele ser lo habitual en nuestro clima: “Nuestra primavera suele ser muy lluviosa, y la lluvia deposita el polen, y no tenemos una floración... Estamos donde estamos, en Cornisa Cantábrica, y normalmente cuando sale la rueda de prensa en Madrid para informar de que llega la primavera explosiva, aquí está nevando y con el paraguas. Es así, nuestra primavera no es muy exagerada”, pero, como sostuvo, “si lees las previsiones de otras zonas tampoco son muy exageradas este año en ninguna, porque se nos ha metido la lluvia, nuestro invierno, hasta muy tarde”. Además, tras apuntar que en Navarra “no tenemos una contaminación como tienen Madrid u otras ciudades europeas”, explicó que “a las proteínas que somos alérgicos de los pólenes son proteínas de defensa de la planta. Entonces, en zonas muy contaminadas esas proteínas se expresan más”, de manera que, a diferencia de lo que cabría pensar, “la alergia a pólenes es más agresiva en ciudades y en zonas contaminadas que lo que puede ser en el campo”, porque las partículas contaminantes “aumentan la expresión de esas proteínas de defensa de la planta” y “eso hace que sea más agresivo, porque la concentración de proteína a la que somos alérgicos de ese polen es mayor”.
qué es Una alergia, según indicó la jefa del servicio de Alergología del Complejo, “es una reacción exagerada del sistema de defensa o del sistema inmune frente a cosas comunes. Realmente lo reconoce como extraño y desarrolla una enfermedad; eso es la enfermedad alérgica”.
En relación a los síntomas, expuso que si un paciente es alérgico al polen “cuando lo detecta los ojos se le ponen rojos, le lloran, le pican, la nariz también le pica, estornuda... Si ya es más intensa, se tapa y da obstrucción nasal y entonces puede disminuir el olfato, le pican los oídos, habitualmente también la garganta -como si, de algún modo, le costase tragar- y, si va en evolución, puede llegar a hacer asma, porque la vía respiratoria es toda una, hace opresión en el pecho, hace ruidos sibilantes, se puede llegar a ahogar; eso es una clínica de rinoconjuntivitis y asma por alergia al polen”.
De este modo, cuando una persona sufre estos síntomas de forma repetitiva, año tras año y durante la época del polen en concreto, la especialista aconsejó que acuda al médico de cabecera para que le trate si es una rinoconjuntivitis polínica de debut o no. Al respecto, manifestó que “hay pacientes que hacen solo alergia a un polen, es muy discreta y con 20 días de antihistamínicos, de un tratamiento de síntomas, se mejoran”, de manera que no necesitan hacer nada más. Pero si, como relató la jefa del servicio, “en evolución le dura mucho, los fármacos sencillos, que son antihistamínicos y un espray para la nariz, no le solucionan y año tras año va a más y ya empieza a notar como presión en el pecho, lo normal es que el médico de cabecera nos lo mande, hagamos un estudio y, además de darle el tratamiento, identificamos el polen, hacemos medidas de prevención, por lo menos educamos al paciente, le proporcionamos alguna web y el número del Ayuntamiento para que le puedan avisar de las polinizaciones y de los picos”. Y es que conviene consultar estos datos, así como portales de Internet como polenes.com para, por ejemplo, evitar un ataque de rinoconjuntivitis cuando uno va a salir de casa o viajar.
En cuanto al tratamiento, la doctora señaló que, además de los fármacos y la prevención, “es una de las alergias que mejor responde a la inmunoterapia”, que consiste en poner una vacuna con “una pequeña dosis de lo que el paciente es alérgico” pero usando la molécula, la proteína del polen a la que los alérgicos reaccionan. Así, ponen “dosis repetidas”, para “acostumbrar al sistema inmune a que tolere esa cantidad que no está tolerando. No es que curemos la alergia, sino que hacemos otro anticuerpo que bloquea el que está exagerado. Eso es la respuesta, entonces se consigue con un poco de tiempo y paciencia, porque las vacunas normalmente duran entre dos y cinco años, pero la media es tres. Conseguimos que ese paciente disminuya hasta un 80% los síntomas a largo plazo”, aseguró.
recomendaciones Como reiteran los expertos, el mejor tratamiento de la alergia es no exponerse a aquello que la produce. Así, desde el CHN recomiendan a los pacientes ventilar la casa por las mañanas, manteniendo el resto del día las ventanas cerradas y evitando la formación de corrientes de aire; así como utilizar filtros de aire o sistemas de aire acondicionado. En caso de viaje, aconsejan ir con las ventanillas cerradas, utilizar el aire acondicionado con el circuito cerrado y restringir las salidas al campo, en especial en días de tormenta o de fuerte viento, y, en el caso de hacerlo, tomar previamente la medicación. También recomiendan el uso de gafas de sol, no ingerir miel ni productos derivados del polen y, en caso de afectación severa, aconsejan el traslado a zonas marítimas en las fechas en que la sintomatología sea más intensa.
Conocimiento. Al plantearle esta pregunta, la doctora Ana Tabar Purroy responde que cree que hay varios factores. “El primero es que conocemos más, porque la inmunoglobulina de la alergia se descubrió en 1950 y hemos aprendido muchísimo de ella, y cada vez sabemos más”. El segundo, prosiguió, “es la exposición que tenemos ahora, la globalización del mundo. Por ejemplo, nuestros alérgicos al polen, de repente vienen siendo alérgicos a abedul, pero es que han hecho un Erasmus en Alemania. Estamos todos los días de aquí para allá, viajamos, comemos de todo, no hacemos una dieta como antes, la alergia a alimentos se está abriendo muchísimo”, porque “la oferta que tenemos es increíble” y, por último, está “la teoría de la higiene”, que dice que “una vez que nos han desparasitado y vivimos en un mundo todo limpio y con pocas infecciones y esas cosas, la inmunoglobulina IgE está como estimulada y lo que hace es reaccionar exageradamente frente a cosas normales”. “Es como una enfermedad del mundo moderno”, concluye esta especialista.
Síntomas. La manifestación clínica de la alergia al polen o polinosis, explica el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, es la rinoconjuntivitis que afecta a las vías respiratorias altas y que produce obstrucción nasal, respiración bucal, rinorrea (abundante mucosidad) líquida y transparente, picor de nariz y estornudos (con frecuencia varios seguidos), y enrojecimiento de los ojos, hinchazón de los párpados, lagrimeo y picor. Cuando el polen afecta a las vías respiratorias bajas, la afección resultante es el asma y los síntomas asociados son la falta de aire, tos y ruidos silbantes en el pecho.
Diferencia con un catarro. La diferencia entre una polinosis y un catarro es la duración. “El catarro agudo o los síntomas agudos de infecciones víricas duran una semana o diez días, los trates o no, y, sin embargo, la primavera se prolonga. Año tras año y durante la época del polen en concreto”, explicó Ana Tabar Purroy.
Plantas que más alergia producen en Navarra. Tabar explicó que “lo normal es que los navarros sean alérgicos a las gramíneas, que es la pradera natural”. Asimismo, son alérgicos a cupresáceas (pinos pequeños), olivo y salsola.
25%
El 25% de las personas en un momento de su vida pueden desarrollar una alergia y un 10% necesitará la intervención de un alergólogo, según expuso Tabar.