pamplona - Cada última semana de septiembre las comunidades sordas de todo el mundo organizan el Día Internacional de la Sordera. En Navarra, se calcula que residen 14.500 personas con algún déficit auditivo, de las cuales 13.300 son mayores de 45 años. Para paliar los efectos de esta afección, el servicio de detección precoz de la hipoacusia implantado en el CHN, disponible también en el Hospital Reina Sofía desde 2014, pretende ser “una mejora en el derecho a la independencia y la autonomía personal de los integrantes de este colectivo en su relación con el sistema sanitario”.
Con motivo de esta fecha, Eunate, la asociación de familias de personas con discapacidad auditiva de Navarra, celebró ayer en Pamplona una jornada “para concienciar a la sociedad sobre las necesidades y características de este colectivo”, según apuntó Eunate en una nota. Si bien el día de ayer tuvo un carácter festivo, también sostuvo un tinte reivindicativo: “Debemos asegurar que las personas sordas se desarrollen como personas normales, que es lo que son. Hay que trabajar en el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidades auditivas para que vivan en igualdad de oportunidades y para ello hay que garantizar la accesibilidad”, expuso José Zubicaray, otorrinolaringólogo infantil en Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea.
En cuanto a la sordera en el caso de los más pequeños, Zubicaray explicó que la detección precoz y la atención temprana son la clave cuando se diagnostica un posible problema auditivo, para así empezar a tratar a los bebés antes de los seis meses de vida: “En el caso de los niños el tiempo es primordial para que su desarrollo cerebral sea el mismo que el de sus coetáneos”. En los casos en los que los recién nacidos padecen sordera profunda, son sometidos a una operación para colocar los implantes cocleares antes del año de vida ya que, “cuanto antes se empiece con la logopedia y la rehabilitación auditiva, mejor se desarrollará el lenguaje oral”.
“Siempre nos asocian con el lenguaje de signos, pero este es un colectivo muy heterogéneo”, comentó Ignacio Toni, presidente de Eunate. Este explicó que la accesibilidad muchas veces está asociada a las discapacidades físicas, y no tanto comunicativas. Además, a pesar de lo que muchos puedan pensar, la accesibilidad para los sordos no acaba con disponer de un intérprete de signos ya que el 90% de las personas con pérdida auditiva comunican en lengua oral. “El poder hablar es necesario para la integración y ofrece una autonomía que de otra manera no tendrían”, apuntó el presidente de Eunate. Cuando los afectados son muy pequeños se les enseña el bimodal que usa la lengua de signos pero siguiendo la estructura del lenguaje oral, aunque este es un sistema aumentativo, no alternativo.
Por su parte, el doctor Zubicaray insistió en que, a pesar de que haya formas de paliarla, la sordera no es una dolencia que tenga cura. Por ello, reclamó una mayor accesibilidad, especialmente en los colegios “que es donde se desarrollan los niños: Vivimos en un mundo sonoro en el que gran parte de la información la recibimos a través del oído. Por eso hay que introducir más medios para que los sordos, y en especial los niños, se puedan desenvolver de forma normal, empezando por las aulas”.
Asimismo, las asociaciones de personas sordas de Navarra (Asorna), Aragón (Asza) y La Rioja (ASR) se unieron en una celebración que tuvo lugar en Olite y a la que acudieron también el Vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Miguel Laparra, y el Alcalde de Olite. Además, hubo actividades culturales durante todo el día como visitas guiadas al Palacio, cata de vinos con las Bodegas Ochoa o una conferencia sobre empoderamiento para las personas sordas, entre otras. Este año cuidó especialmente la atención a las personas sordociegas asistentes con acompañantes durante todo el día y una visita guiada específica para ellas.