llega el otoño y mucha gente afirma que en esta época del año se le cae mucho más el cabello. Cuántas veces se puede escuchar el comentario: “¡Cómo se me cae el pelo!”. Y la socorrida respuesta: “Tranquila, ¡que es otoño!”. Pero, ¿la caída de cabello se puede explicar por la llegada del otoño o es un mito? ¿Los seres humanos perdemos pelo como hojas los árboles al llegar esta época del año?

Tres expertos en la materia (un médico, una farmacéutica y una peluquera) dan su opinión a NOTICIAS DE GIPUZKOA, y parece que hay una coincidencia: sí se constata más pérdida de cabello, pero no hay ningún estudio científico o análisis contrastado que pruebe sin género de dudas que el otoño tiene un efecto directo sobre este hecho.

El doctor Alberto Zabalegi, de la clínica capilar Swansea, abunda en esta idea al asegurar que “sí se cae más el cabello en este época del año y en primavera, aunque más en otoño”. “Pero no hay una causa científica que me crea”, añade.

“La palabra alopecia viene del vocablo alopex, zorro en griego, animal al que en otoño se le cae el pelo. Hay una caída estacional, pero esto no se puede trasladar al ser humano. Hay una pérdida y hay que asumirla, pero no hay una causa contrastada”, explica el doctor Zabalegi, que constata un aumento de las consultas esta época del año.

En esta misma línea se pronuncia Usua Cilveti, de la farmacia Cilveti, que se muestra taxativa al afirmar que “no es cierto” que la llegada del otoño provoque la caída del cabello. “No hay ningún ensayo científico que demuestre esta afirmación”, explicó Cilveti.

Esta profesional puntualiza, sin embargo. Sí coincide esta época con una mayor debilidad capilar, pero las razones son otras, como “los cambios de hábitos de vida tras el verano, una dieta inadecuada, cambios hormonales e incluso el estrés que genera la vuelta al trabajo o a las clases, en el caso de los estudiantes”. Pese a todo, Usua Cilveti observa que, año tras año, las consultas o la demanda de productos para “frenar o prevenir” la caída del cabello aumenta en estas fechas.

Otra profesional muy ocupada en esta época es Ana Ibazeta, de la peluquería ¡Qué pelos!, que recuerda que cada día caen de nuestra cabeza entre 80 y 100 cabellos. Se calcula que “en el plazo de ocho o diez años cambiamos todos los pelos de la cabeza. Es una caída normal que deja el folículo abierto y permite el nacimiento de otro cabello. Es cuando ese folículo se cierra cuando ya no vuelve a crecer”.

Según la experiencia de Ibazeta, más que depender de las estaciones del año, la caída tiene que ver con “problemas de boca, estómago y estrés, pero un estrés importante. Por este motivo te puede salir una calva de un día para otro, pero normalmente el pelo vuelve a salir, de lo contrario es cuando hay que preocuparse”.

Tratamiento Cuando se pierde pelo llega la preocupación y el interés por revertir la situación. Aquí también los profesionales coinciden: hay que evaluar cada caso y analizar el origen de la caída de forma personalizada.

Para tratarla “hay que hacer un estudio completo, no se puede decir que a una persona se le cae el pelo porque es otoño y ya está. Hay que elaborar una historia completa”, asegura el doctor Zabalegi, que aclara también que lo que nada tiene que ver es que nos hallemos ante un hombre o una mujer. Normalmente si vemos más cabellos de mujer en los lavabos es, sencillamente, porque lo suele llevar más largo y llama más la atención que uno corto, y “además al cepillarlo se estira y lo partes”.

A la farmacia los clientes llegan el mayor número de ocasiones sin pasar por el médico. Eso es así “casi en el 100% de los casos”, añade Cilveti. Cuando acuden al establecimiento los clientes se decantan más por “complejos vitamínicos” que contengan también minerales “específicos” para el cabello, y es que las cápsulas que se toman vía oral acostumbran a ser las más eficaces.

Pero hay también quien va a la farmacia solicitando una marca concreta que ha sido publicitada “en revistas o en la televisión”. “Cuando dispensamos estos complejos siempre les avisamos de que lo importante es mantener una dieta adecuada y equilibrada, algo que con la vida que llevamos poca gente consigue”, añade Cilveti, que recurre a dispensar complementos que “equilibren los déficits” de esa alimentación incorrecta.

Alberto Zabalegi, aunque insiste en la idea de que el tratamiento ha de ser acorde a la patología, explica que nunca está de más la ingesta de vitaminas, que es “necesaria para el normal funcionamiento del cabello. Las más importantes son las vitaminas del grupo A, que actúan fortaleciendo el cabello, estimulan su crecimiento y regeneran el cuero cabelludo”. Las vitaminas del grupo B “son importantes para los procesos metabólicos del cabello y uñas, y evitan la caída”.

“Hay tratamientos, como las ampollas, que van muy bien, pero el secreto es ser constante porque de lo contrario no se consigue nada. Si te das hoy una y la siguiente en tres meses, no hay nada que hacer”, asegura Ana Ibazeta desde su establecimiento del donostiarra barrio de Egia. “Si veo que no lo van a hacer bien les digo que no las compren o que pasen por aquí para que se las dé yo”.

Cuidar el pelo es fundamental para que la caída no vaya a más. Cortarlo de forma periódica y “utilizar los productos adecuados” es clave. “El pelo es inteligente y si no lo cuidas y le das cañas te dice hasta aquí hemos llegado”, añade.

En sus muchos años de profesión Ana Ibazeta ha tenido que escuchar muchas veces de sus clientas la afirmación de que se cuidan el cabello: “Hay quien me dice que lo mima, porque se lo limpia con champú infantil. A esas personas les recuerdo que los niños ni se tiñen ni se hacen permanentes”.

Aquí surge una pequeña diferencia de matices, ya que el doctor Zabalegi rompe otros mitos: “Cuidar el cabello puede evitar la caída, o ayudar a tener mejor evolución; pero lo de cortarlo, vale para la hierba. No por tenerlo más corto se cae menos”.

Otro mito que echa por tierra: a las personas que tienen canas se les cae menos el pelo. “Lo que pasa es que el que tiene pelo cuando ya es mayor normalmente lo tiene blanco. Quien no tiene pelo, no lo tiene blanco ni de ningún color”.

causas Lo que es real es que el problema de la caída de pelo preocupa, y mucho, sobre todo cuando la alopecia es “cicatricial”, cuando se destruye el folículo y ya no se puede recuperar el cabello. Las “no cicatriciales, que son reversibles, afortunadamente son las más frecuentes”, explica Zabalegi. “La alopecia androgénica es la más común y está producida por la acción de los andrógenos u hormonas masculinas sobre el folículo”. Esta es “la que conduce a la calvicie común”.

Una de las alopecias reversibles es la areata, que tiene su génesis en enfermedades crónicas, estrés emocional, fiebre, déficit nutricional o uso de fármacos. “Hay factores genéticos que predisponen y factores externos que desencadenan, como el estrés o causas psicológicas y afecta por igual a ambos sexos”. La incidencia de esta alopecia es “de uno por mil”.

Entre la gente joven, de alrededor de 20 años, la alopecia más frecuente es la androgénica, que tiene continuidad posteriormente.

Entre la gente mayor, en cambio, también resulta relativamente frecuente la alopecia debida a la toma de fármacos. “Es muy grande la lista de medicamentos que pueden producir caída de cabello, como los anticoagulantes, los del tratamiento del colesterol, la depresión, los antiinflamatorios y un largo etcétera”, atestigua Zabalegi, que apunta que también provocan caída de cabello “el estrés severo, las operaciones quirúrgicas, las enfermedades crónicas o las dietas agresivas”.

100

Cada persona pierde, a diario, entre 80 y 100 cabellos.

8

Cada 8 o 10 años el pelo de la cabeza se renueva totalmente.