Alberto Guzmán

El Planetario de Pamplona cumple nada más y nada menos que 25 años. ¿Qué balance hace de estos cinco lustros?

Muy positivo. El Planetario comenzó intentando crear un espacio de cultura científica en Iruña, intentando que la ciencia se convirtiera también en algo de lo que hablar y que conocer. Y ahí estamos, colaborando con mucha gente y con miles de chavales que cada año pueden participar en el proyecto. Más allá de todo lo que aún no hemos hecho, este aniversario nos ha permitido contar cuántas amigas y amigos nos han ayudado a hacerlo posible.

No se puede hablar del Planetario de Pamplona sin hablar de su director, Javier Armentia. Parte de la culpa del éxito del Planetario es, sin duda, suya.

Somos un equipo pequeño, muy compacto, cómplice, y yo tengo la parte de haber sido el primero en llegar y comenzar a pensar en todo, pero (y no es falsa modestia) el éxito del Pamplonetario es precisamente de este equipo lleno de ilusión. Yo simplemente caí en la mejor familia posible y me han dejado hacer de todo.

El Planetario de Pamplona es referencia de la divulgación científica en Navarra. ¿Qué tipo de actividades ofrece?

Somos una especie de cine del conocimiento científico: con historias y documentales en los que presentamos el Universo como lo vamos conociendo. Pero además tenemos talleres, trabajamos con los escolares y los profes, montamos conferencias, cursos, somos sede de presentaciones (y hasta de una boda, conste), actividades que tienen que ver con la ciencia y la tecnología, con la pasión por disfrutar con cosas nuevas. E intentamos hacer cosas nuevas, abriéndonos al teatro, la música, la literatura o las artes plásticas desde el primer día.

Hace poco recibimos la visita del astronauta y actual ministro de Ciencia y Universidades, Pedro Duque. ¿Debería haber más científicos en los gobiernos?

Al menos gente con conocimiento del mundo en que vivimos, que es un mundo que no es solo de letras o solo de ciencias. Decía un gran divulgador, Jorge Wagensberg, que la naturaleza no tiene la culpa de los planes de estudios. Pues podríamos aplicarlo también a la sociedad y la política. Hace falta tener gestores informados y conscientes de la responsabilidad que entraña apostar por el futuro.

¿Vive la sociedad navarra interesada en la Ciencia?

Posiblemente más que nunca, aunque no ocupa siempre los titulares de la prensa. Estamos viviendo planes que dan una visión de cómo será Navarra en unos años, apostando por la investigación y nuevos modelos económicos basados en el conocimiento. Y eso quiere decir la ciencia. La gente lo empieza a sentir como algo propio, aunque sea poco a poco. Y nosotros estamos encantados de hablar de ciencia con acento navarro, con personas que se forman aquí y que trabajan en centros que están en nuestra tierra.

La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha implementado, entre otros, el grado en Ciencias. ¿Cree que se están dando pasos acertados desde las instituciones para fomentar la cultura y conocimientos científicos?

Sin duda, las universidades son el motor del conocimiento, y el impulso debe pasar a todos los sectores. La Universidad Pública necesita ser quien lidere este movimiento y cada vez vemos como hay mayor dedicación, no solo a la formación, sino también a la investigación y la comunicación de la ciencia.

Le hemos visto en multitud de ocasiones en debates cuyo eje central eran las pseudo-ciencias. ¿Cree que la sociedad tiene clara la importancia de combatirlas?

Vivimos en un mundo muy polarizado en casi todos los temas. Pero en el de las pseudociencias es curioso, porque tienen buen rollo: parece que hay un buen rollo en consumir homeopatía o dejarte engañar por una terapia sin base científica, parece que hay la idea de que nos envenenan con alimentos extraños o con medicinas industriales o con las ondas de los móviles, pero realmente quien cree esto simplemente está negando los datos y la verdad por mantener una creencia que ha sido popular. Nos tenemos que liberar de los dogmas, y para eso hace falta información. Yo estoy siempre dispuesto al debate y a proporcionar la información para que la gente tome posturas basadas en la información y no en los prejuicios y las modas.

Otro de los grandes debates en la actualidad científica es el Cambio Climático. ¿Qué diría a aquellos que niegan la influencia del ser humano en la Tierra?

Que se callen, que ya está bien de demostrar su ignorancia o mala fe. No se puede negar lo que es un hecho, y solamente los burros con su terquedad son el ejemplo más parecido a los negacionistas del cambio climático. Por el contrario, debemos luchar por que los estados se comprometan de una vez, que no miren a otro lado, que estamos llegando tarde y es obligación de todo el mundo asegurar un futuro sostenible.

En las últimas décadas hemos experimentado un gran avance tecnológico, también en la Comunidad Foral. ¿Cómo espera que sea el futuro próximo? ¿Acabaremos siendo dueños de los robots?

Los robots por un lado con la nueva industria y la nueva mecanización, los algoritmos por otro lado gestionando el conocimiento en una escala sin precedentes, son tendencias que están ya reconfigurando muchos aspectos de nuestra sociedad, no solo el mundo laboral. Pero no creo que acabemos como en la saga de Terminator... Al menos no si estamos atentos a cómo se hace el desarrollo y el progreso y se aseguran criterios éticos, un mundo más equitativo y nuevas relaciones en una sociedad que sigue demasiado anclada en modelos de la Primera Revolución Industrial. Hay que evolucionar, crear un debate ciudadano y político, no podemos dejar que sean las empresas poderosas quienes marquen las nuevas reglas, para eso prefiero la democracia y los parlamentos, no las normas de Facebook.