madrid - El nuevo Código Penal de Brunéi, que contempla la ejecución por mantener relaciones con personas del mismo sexo y la amputación de extremidades en los casos de robo, entró en vigor ayer, a pesar de las críticas vertidas por parte de la comunidad internacional.

La nueva legislación incorpora la ley islámica, la sharia, que estipula la pena de muerte para la violación, el adulterio, la sodomía, las relaciones extramatrimoniales en el caso de los musulmanes, el robo y el insulto o la difamación a Mahoma.

Asimismo, contempla latigazos para las mujeres que aborten y amputaciones a los condenados por robo, al tiempo que criminaliza exponer a niños musulmanes a las creencias y prácticas de cualquier otra religión distinta al Islam.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, reclamó el lunes a Brunéi que suspendiera la aplicación de estas modificaciones al Código Penal y resaltó que el mismo “supondría un duro varapalo para la protección de los Derechos Humanos del pueblo de Brunéi”.

restricciones estrictas En este sentido, subrayó que el Derecho Humanitario impone restricciones estrictas al uso de la pena de muerte, existente en el país pero abolida en la práctica. La última ejecución en Brunéi fue llevada a cabo en 1957.

Por ello, Bachelet pidió a Brunéi “que mantenga su moratoria de facto al uso de la pena capital”, antes de reiterar que “cualquier legislación con base religiosa debe evitar violar los derechos Humanos, incluidos los de aquellos que pertenecen a la religión mayoritaria, los de religiones minoritarias y los no creyentes”.

De esta forma, la oficina de Bachelet advirtió además de que las cláusulas del Código Penal revisado podrían incitar además a la violencia y la discriminación contra la mujer, según la orientación sexual y contra las minorías del país.

“El nuevo Código Penal de Brunei es una barbaridad e impone castigos arcaicos para actos que no deberían ser ni siquiera delitos”, defendió ayer el subdirector para Asia de Human Rights Watch (HRW), Phil Robertson. “El sultán debería suspender inmediatamente las amputaciones, lapidaciones y todas las demás disposiciones y castigos que contravienen los derechos”, reclamó.

“Cada día que el Código Penal esté en vigor es un asalto contra la dignidad humana”, insistió Robertson, que defendió que los gobiernos de todo el mundo deberían dejar claro al sultán que “no se puede seguir como hasta ahora mientras la amenaza de flagelar o lapidar siga en los libros”.

Desde Amnistía Internacional también expresaron su preocupación porque “estos odiosos castigos se hayan convertido en ley”. Su subdirector de asuntos mundiales, Stephen Cockburn, denunció que los nuevos castigos “son tremendamente crueles y no tienen cabida en ningún lugar del mundo”.

“Estamos alarmados porque el código criminaliza conductas que no deberían ser consideradas delitos para nada”, sostuvo, pidiendo a la comunidad internacional que condene la decisión de Brunei de imponer esos castigos crueles.

“Las autoridades de Brunei deben contenerse de aplicar estas leyes y deben adoptar las medidas necesarias para revocar esta legislación inaceptable y ponerla acorde con las leyes y estándares del DDHH”, defendió Cockburn. Pese a las críticas, el sultán y primer ministro de Brunéi, Hassanal Bolkiah, defendió las nuevas leyes, según Reuters. - E.P.