PAMPLONa - Los máximos responsables de la entidad bancaria Bankinter en el caso del subastador de arte Alberto Tejada, sentado en el banquillo por estafa y falsedad documental y para el que piden 15 años de cárcel, vinieron ayer a despojarse de cualquier responsabilidad en las inversiones que por hasta 6,5 millones de euros realizaron la treintena de afectados y achacaron a la dejadez de estos propios clientes el hecho de que durante una década no se percataran de que las inversiones que prometía Tejada hacer con su dinero eran ficticias. “Es surrealista que durante 12 años no recibieran información de los productos que supuestamente tenían contratados en Bankinter (a través del agente financiero Alberto Tejada) y que no tributaran fiscalmente por ellos. Es raro todo esto. Sorprende que durante toda la actividad de Alberto Tejada con estas personas no se hubiera presentado ninguna reclamación previa por parte de ninguno de ellos, ni les extrañara no recibir información de sus posicionamientos financieros ni información fiscal de sus depósitos”, declaró ayer César Eduardo Labarta, responsable de fraude desde 2005 de Bankinter y que declaró ayer en la sexta sesión de la vista oral.
Sus palabras las refrendó, en el sentido de que la culpa siempre parecía arrojarse a la acera de al lado y se barría de la propia, Fernando Colás, responsable de la red agencial de Bankinter y que entre 2011 y 2015 era jefe de los agentes que operaban para la entidad en Navarra, como era el caso de Tejada. “El hecho de tener una condición de agente doble financiero está terminantemente prohibida por el Banco de España (Tejada trabajó durante unos años para Bankinter -a través de una de sus sociedades- y para Bankoa) y el Banco de España nunca nos advirtió de que trabajara para otra entidad. Y no hemos recibido ni una queja de los clientes de Tejada, ni una duda de cuando se comunicó que dejaba de ser agente de Bankinter en 2015”.
NINGUNA MARAVILLA COMO AGENTE Labarta, alto cargo de una entidad a la que se exige 6,5 millones de euros de responsabilidad civilo, recordó que en materia de prevención de blanqueo de capitales los bancos buscan información del origen de los fondos que reciben, pero no de las salidas de dinero que efectúan los clientes. “Las retiradas de dinero siempre las efectúa el cliente, el titular de la cuenta, a través del cajero que atiende la ventanilla. Desde 2012, en el caso de que se superen los 100.000 euros de reintegro, hay que rellenar una justificación documentativa”, expuso. En el caso de Tejada, advirtió, al tratarse de un agente, lo que busca el banco es que él les acerque una cartera importante de clientes y la entidad le posibilita al agente comercializar sus productos financieros. En esta clave, Labarta afirmó que Tejada “no era ninguna maravilla” en la materia comercial, a lo que Colás agregó que no era ni mucho menos un agente relevante. Se llevaba de media al mes entre 700 y 1.200 euros en comisiones y lo habitual, testificaron, es que un agente llegue a la entidad de la mano de alguien, un padrino que le bendiga porque previamente ha conocido el sector bancario o tiene clientes a través de una asesoría fiscal o contable. “Está terminantemente prohibido y se exponen a una sanción en el caso de que existan movimientos o transferencias desde cuentas de los clientes a las de los propios agentes”, señaló Labarta, que agregó que a pesar de que se fiscalizaran labores como la de Tejada “nunca faltó documentación que cubriera las retiradas de efectivo y por lo tanto no hubo ninguna alerta que entender”. Destacaron ambos responsables de Bankinter que entre las particularidades de un agente bancario destacan que sus oficinas no tienen servicio de caja ni reciben dinero en efectivo, “cuestiones que se ponen de manifiesto en la cartelería del despacho que ocupen”, y la entidad, a través de sus sistemas de control y auditoría, también trata de controlar que estén puestas las pegatinas, carterlería y anagramas de Bankinter. “Externamente no hay nada que le identifique con la entidad. Todo el mundo que entra a una oficina de un agente sabe que no se encuentra en una oficina bancaria”, resumieron.
ninguna incapacitación Por último, el letrado que representa al heredero de una mujer que invirtió 1,8 millones de euros con Tejada y que ahora solo tiene a su disposición una serie de obras de arte como compensación preguntó a los testigos si el sistema no podía detectar las operaciones repetidas de salidas de dinero -30.000 euros al mes- que solía realizar dicha mujer, octogenaria, jubilada y sin actividad económica. “Si nadie nos demuestra que esa señora está incapacitada, no la podemos bloquear como clienta. Solo podemos dejar de darle dinero de la cuenta en el caso de que exista un embargo o si alguien como tutor legal nos advierte de que está incapacitada legalmente. No puedo meterme en la vida privada. Ella no estaba incapacitada, tenía ese dinero en la cuenta y firmaba los reintegros en los que constaban las retiradas de dinero que quería efectuar”, indicó este alto cargo de la entidad.