PAMPLONA - El Parlamento de Navarra entregó ayer a Euskaltzaindia su Medalla de Oro con motivo de su centenario -que comenzó su andadura en 1918- y en reconocimiento a su labor en el fomento y apoyo al euskera. El acto tuvo lugar en el salón de plenos de la cámara de la Comunidad Fora. Se trata de la máxima distinción que concede el Legislativo Foral, un reconocimiento que, según consta en la Declaración Institucional aprobada al efecto, viene a premiar la “trayectoria académica e histórica” de la institución, sobre todo en lo que a la “unificación y normalización del euskera” se refiere.

El acto, organizado en el marco del programa de actividades confeccionado en torno al Día de Navarra 2019, contó, entre otros, con la asistencia de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite; la expresidenta Uxue Barkos, el senador auntonómico, Koldo Martínez; el defensor del pueblo de la Comunidad Foral, Javier Enériz; la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería; los presidentes de las Juntas Generales de Álava, (Pedro Elosegi), Gipuzkoa (Ana Otaduy) y Bizkaia (Xabier Eceizarrena); el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; además de Andrés Iñigo, representante de Euskaltzaindia en Navarra; Beñat Arrabit, presidente de la institución publica del euskera en Iparralde; e integrantes de la totalidad grupos con asiento en la Cámara.

concesión por unanimidad Unai Hualde comenzó su intervención subrayando la “unanimidad” que subyace tras el acuerdo de concesión de la Medalla del Parlamento a Euskaltzaindia, una coincidencia que, “por inusual, todavía hace más especial este acto de reconocimiento a esta institución nacida para trabajar por y para el euskera, la lengua que nos une”, manifestó. Su trayectoria centenaria “bien merece aparcar las luchas partidistas, así lo ha entendido este Parlamento, algo que me hace ser optimista y que, ojalá, sea el preludio de otros acuerdos más amplios en materia de política lingüística”, explicó.

Unai Hualde recordó la coincidencia del Día de Navarra con el Día del Euskera y, “no es ninguna casualidad”; se comprometió a “seguir dando pasos en aras a la normalización de una lengua viva, a la que no queremos mirar como si fuera una reliquia”. “Habrá quienes deseen un retroceso, pero la sociedad, su presencia cada vez es mayor en las calles y en los medios de comunicación, va en sentido contrario”, reiteró.

Hualde evocó la situación de emergencia que vivió el euskera hace no tantos años y, después de hacer mención a las recomendaciones de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias, hizo extensivo su reconocimiento “a todos los agentes sociales comprometidos con la promoción del euskera”.

El presidente concluyó corroborando que “no se puede comprender la situación actual del euskera sin reparar en el trabajo de Euskaltzaindia” y agradeció “a todas las personas que han formado parte de la Academia, de manera especial a los navarros que estuvieron en su origen, Arturo Campion y Jose Agerre, y a los que hoy ocupan su lugar: Pello Salaburu, Sagrario Alemán, Andrés Iñigo, Patxi Salaberri y Patxi Zabaleta”, reiteró , antes de cerrar con un poema (Lore zuritua) de la escritora alsasuarra Castillo Suárez.

euskera, bien de un pueblo Tras recibir el galardón, Andrés Urrutia recordó que Euskaltzaindia “ha sido y es un instrumento de primer nivel para la promoción y el cultivo de la lengua vasca en Navarra, a través de innumerables iniciativas de creación, difusión y socialización de la lengua vasca y su cultura, durante cien años y en situaciones no siempre fáciles”. Al hilo de lo apuntado, Urrutia señaló que la academia “ha procurado cumplir siempre su misión al margen y por encima de toda política. Por una razón muy simple, porque entendemos que el euskera es el bien de un pueblo, un bien de todos que no puede ni debe ser instrumentalizado ni monopolizado por ningún partido, credo ni ideología”. Ahondando en lo dicho, Urrutia afirmó que “hoy ese fomento pasa por su utilización social armónica, por su presencia en la sociedad de Navarra, por su asunción como un elemento de la identidad de Navarra y, sobre todo, de comunicación entre los navarros, junto con las otras lenguas, históricas o actuales de esta Comunidad Foral”.

La ceremonia concluyó con una actuación del bertsolari Julio Soto y un aurresku ejecutado por Aritz Ibáñez, acompañado al txistu y el tamboril por Aitor Urkiza, Beñat López, Aitor Huarte (Duguna Dantza Taldea).