- Ante la alerta que lanzó ayer martes Unicef de que uno de cada siete menores en el mundo tiene problemas de salud mental, adolescentes, expertos del ámbito educativo y de la infancia reclaman la urgencia de invertir y facilitar el acceso a la atención en salud mental para romper el tabú y el silencio que los oculta. “Hay que darle más importancia a la salud mental, forma parte de la salud física, uno no está bien si no lo está mentalmente; debe ser un derecho ir al psicólogo y no un privilegio”, aseguró Lara Padilla, una joven que ha participado en la presentación del informe anual de Unicef sobre la infancia centrado en esta ocasión en la salud mental.

El estudio alerta del impacto de la pandemia en el bienestar emocional de los niños y adolescentes que viven en España: el 58,3% de entre 15 y 24 años dice sentirse “a menudo” ansioso, nervioso y preocupado y el 36% “a veces”. Además, el 68,2% de los menores en España reconocen que se sienten “a veces” deprimidos y el 11,5% que tienen poco interés en hacer cosas “a menudo”.

Lara acudió al psicólogo porque se lo pudieron pagar sus padres, al igual que Rober Arribas, otro de los jóvenes que participó en la presentación. “Hay que hablar públicamente de la salud mental, invertir más y aportar más recursos en los colegios para abordar estas situaciones”, reclamó. Ambos adolescentes destacaron que incide la situación económica y cultural de las familias sobre cómo los niños afrontan estos problemas, por lo que reclaman que la atención a estas situaciones se hagan desde el sistema público.

Para la psicóloga María Ángeles Espinosa es importante que “las familias sepan cómo ayudar a sus hijos a visibilizar esos problemas, pero hay factores de riesgo en esos hogares que aumentan los problemas”.

Hablar con los profesores y los orientadores en los colegios es otra vía de escape para intentar solucionar los problemas que sufren esos menores. “El profesor debe escuchar; cuando un niño sufre bullying, por ejemplo, le da vergüenza contarlo y por eso es importante ponerlo sobre la mesa para visibilizarlo. Todo lo que pasa en el entorno del niño le puede afectar”, señaló el docente y neurosicólogo Raúl Bermejo.