- Navarra detecta unas 37 cardiopatías al año en los cribados neonatales que se realizan a los bebés en periodo de gestación, según indicó ayer Ana Modroño, ginecóloga especialista en diagnóstico prenatal del Hospital Universitario de Navarra (HUN).

Según explicó Modroño, en los últimos años se ha mejorado mucho en los diagnósticos, a pesar de ser “difíciles” ya que “hay muchos condicionantes” y se necesita de “equipos de alta gama” y “tiempo adecuado”, entre otras cosas.

Sin embargo, con el paso del tiempo y la mejora de la tecnología ahora existe un “85-90%” de detección real de estas afecciones, mientras que antes de 2010 había “bajas tasas” de estos diagnósticos y generalmente los padres optaban por una interrupción voluntaria del embarazo. En la actualidad, y tras la creación en ese año de “un equipo multidisciplinar, con obstetras y cardiólogos pediátricos” se ha llegado a detectar desde 2014 un total de 260 cardiopatías en cribados neonatales, más del 95% de ellas congenitas, una dolencia que también afecta a 27.000 adultos, a los cuales se les hace un seguimiento de la misma.

Por su parte, por la Unidad de Cardiología Pediátrica del HUN han pasado desde su creación en 1989 algo más de 2.900 pacientes, de los cuales 2.160 sufren cardiopatías congénitas. De ese grupo, hasta el 35% de los pacientes ha sido intervenido una o más de una vez, según desveló Patricia Martínez, cardióloga infantil de este centro.

Martínez puso en valor el cribado neonatal ya que antes “no se sabía” que el bebé tenía este problema “hasta que iba tomando menos pecho y se le llevaba a urgencias, se le ingresaba y se hacían pruebas”. “Se perdían días, y eso había supuesto el deterioro del niño porque tenía poco oxígeno en los órganos”, explicó. “Frente a todo eso, el diagnostico prenatal ha permitido un diagnóstico antes de que el niño nazca, dar información a los padres, ver cómo se puede solucionar y programar el parto en un centro de referencia”, destacó, valorando “la satisfacción” que supone esta evolución y ver a los bebés crecer sanos.

En otro nivel, Mayte Basarte, profesional del Área del Corazón del HUN, puso de ejemplo el caso de Asier, el cual con 12 años acudió a consulta porque se detectó a su padre una miocardiopatía hipertrófica leve. Cuando se le hizo el estudio, se vio que tanto él como sus hermanos tenían una afectación mayor. y que Asier sufría riesgo de muerte súbita. Por ello, se decidió que la mejor opción era implantarle un desfibrilador, el cual le iba a dar una descarga en caso de detectar una arritmia peligrosa. A los cuatro años, Asier evitó una muerte súbita gracias al dispositivo, lo que permitió a Basarte darse cuenta “de la importancia del trabajo desarrollado desde hace tiempo”.