La tecnología antirrobo de los coches cada vez es más sofisticada y cada vez se dificulta más el robar un vehículo. Sin embargo, también aparecen nuevos métodos para sustraer los coches. El último es muy simple, pues solo hace falta una botella de plástico.

Los coches cuentan con dos tipos de sistemas antirrobo: los que evitan que el ladrón se lleve el vehículo, como el inmovilizador, que impide la puesta en marcha; y los que se encargan de disuadir, como la alarma y la localización remota en GPS.

El método de la botella evita ambos sistemas y es por esto que se está popularizando entre los ladrones. Según explica la policía, se coloca una botella de plástico en una de las ruedas, lo cual generará un incómodo ruido al encender el coche que hará que el conductor salga para comprobar qué sucede.

En ese momento en el que el conductor se despista, los delincuentes aprovechan para introducirse en el interior del vehículo y darse a la fuga con él o robar las pertenencias del interior. Normalmente, la botella se coloca en el lado del copiloto para alejar al conductor de su puesto e impedir que reaccione rápido.

Además, este método puede ser muy peligroso para el conductor, que, al encontrarse fuera del coche, puede resultar atropellado si intenta oponerse al robo.

Por ello, es aconsejable no bajar del vehículo o, si se hace, quitar las llaves y cerrar la puerta para evitar que esto pueda suceder. Cabe recordar que, a nivel estatal, se roban de media unos 37.000 vehículos al año.