Se terminó el baile de máscaras. Comerciantes y clientes volvieron a verse las caras después de 700 días. Como si fueran auténticos participantes del programa Mask Singer, muchos trabajadores revelaron ayer su rostro después de dos años. Una novedad que hosteleros y comerciantes celebraron con alivio. “Nos evita estar nueve horas respirando con mascarilla, facilita la comunicación y nos permite ver las reacciones del cliente. Es un día de celebración y alegría después de dos años muy complicados”, resumían.

Mercado de Santo Domingo

“La cara del cliente nos dice si algo le gusta o no”

En pleno corazón de Pamplona, el Mercado de Santo Domingo volvió a latir este miércoles con una cierta normalidad. Aproximadamente la mitad de clientes y comerciantes acudieron sin mascarilla y, aunque todavía con cierta timidez, las sonrisas recuperaron su espacio a ambos lados del mostrador.

En la frutería Zabalza había dos trabajadoras sin mascarilla y una con ella puesta. “Cada empleado ha decidido voluntariamente, pero nos da un poco de cosa por las personas mayores, que no sabemos si quieren que les atiendas con mascarilla o no. Otros muchos nos dicen que les da mucha alegría vernos las caras. Yo pienso que a los clientes tenemos que verles la cara porque expresa mucho y nos dice si les gusta lo que estás vendiendo o no”, explica Maite Zabalza.

En el piso superior, en la quesería Gaztaleku, Mari Paz Sola y Edurne Urzaiz lo tenían claro. “Para nosotras es mucho mejor quitarnos la mascarilla para entender al cliente y para no tener que estar tantas horas respirándote a ti misma. La gente mayor igual todavía viene con las mascarillas, pero también hay gente que se la pone y que luego se da cuenta de que se la puede quitar. Hay un poco de todo y esperemos ir recuperando la normalidad poco a poco”.

Hostelería

“Se hace raro, pero es una liberación vernos”

En el bar Río de San Nicolás, los camareros Javier Proboste, José Coto y Roberto Irurzun celebraban con un brindis el final de la obligatoriedad. “Estamos volviendo a adaptarnos y es una liberación. Ver al cliente de nuevo y poder hablar más cómodamente nos da mucha alegría. Todavía parece como que nos falta algo y se hace raro, pero así se está mucho mejor”, explicaba Javier Proboste.

En el bar Gaucho, sin embargo, los camareros continuaban con la mascarilla puesta. “Nos han dicho los jefes que esperemos un par de días para que veamos la situación y más adelante seguramente nos la quitaremos”, explicaba Galib Ochoa.

Peluquería

“Es imposible acertar el corte sin ver la cara”

Mikel Luzea, peluquero de la calle Txapitela, reconocía que el fin de lascarilla era un “auténtico alivio”. “Son casi dos años estando nueve horas aquí dentro con la mascarilla. Encima, a la hora de trabajar la diferencia es evidente. Con mascarilla, no le ves la cara al cliente y lo necesitas para hacer bien el corte y adaptar el corte a las facciones. Ahora vemos las caras y la comunicación es mucho mejor.“

En la peluquería, se entremezclaban personas con y sin mascarilla. “A mis empleados les he dicho que pueden decidir y lo mismo pasa con los clientes. Y otra cosa importante es que, si el cliente quiere que le atendamos con mascarilla, lo hacemos”, aseguró.

Gimnasio

“Volver a respirar a pleno pulmón”

La medida se acogió con gran alegría en el gimnasio Altafit de Pamplona. La mascarilla suponía un importante obstáculo para unos deportistas que, por fin, pudieron volver a respirar a pleno pulmón. “Mira cómo voy resoplando sin mascarilla, así que imagínate con ella, era imposible”, aseguraba Fernando Orta mientras corría en la cinta.