Cuando suben las temperaturas y llega el calor la solución más popular es buscar el chapuzón más cercano. La paisajes de Navarra ofrecen más de una opción, entre las más populares, sin duda, está el pantano de Alloz.

José Miguel e Iraia Yeitano, padre e hija, disfrutann sentados a la sombra, mientras sus hijas y nietas, Arene y Nora, se dan un chapuzón en las turquesas aguas del pantano de Alloz. Naturales de Donosti, esta familia tiene una segunda vivienda en la localidad de Murugarren donde pasan parte del verano. “Solemos alternar, depende del día: a veces pantano a veces río, las dos opciones son buenas”. Para Arene y Nora lo mejor del pantano es “que el agua no está fría” y las dos disfrutan de lo lindo de los baños. Por su parte, José Miguel e Iraia consideran que el pantano es el sitio perfecto para pasar un día tranquilo.

Amaia Loitegi, de Sarrigurren está alojada junto a su familia y amigos en una autocaravana en el camping cercano. “Hoy las madres de la casa estamos disfrutando del pantano con nuestros hijos e hijas mientras los padres están trabajando”, afirma Loitegui. Mientras tanto, uno de sus hijos hace uso de las distintas actividades y alternativas que ofrece el lugar, como el uso de las tablas de paddle-surf. El pantano, asegura Amia, “tiene todo bueno la limpieza del agua, lo buena que está, la sombra y la oferta acuática”.

Disfrutan del agua un grupo de bañistas del centro Mentalia Patxi Cascante

Un poco más adelante, agrupados debajo de una gran sombra se encuentran varios usuarios del Centro de salud mental Mentalia Pamplona de la empresa Domus Vi, situado en Olave. El grupo, conformado por 35 personas del centro y cinco profesionales disfrutan entre risas del refrescante baño. Para estos usuarios, la visita anual al pantano de Alloz es “obligatoria” y forma parte de la iniciativa de incluir más actividades al aire libre cuando llega el calor. Las responsables consideran fundamental para estas personas las actividades en la naturaleza. “Se trata de una herramienta muy poderosa para trabajar aspectos que no son accesibles en dentro de centro, en el interior”, aseguran. Desde el respeto y la relación con el entorno y la naturaleza, hasta la interacción entre ellos en un entorno distinto, el pantano de Alloz es para el grupo del Centro Mentalia una excursión “muy agradable” para estrechar vínculos y disfrutar de la compañía mutua mientras huyen del calor.

La pareja Xabier Zalbide y Sara Silvano, procedentes de Araba se remojaba en el agua junto sus mellizos de dos años June y Unai. La pareja está alojada en el camping, y además de estar muy contentos con el la zona de baño en el pantano de Alloz, suele hacer uso de la amplia oferta cultural de la zona. Tras el baño mañanero por la tarde suelen hacer otras excursiones como ir al mercado medieval de Estella o a la granja escuela de la zona, Basabere. Por la noche, querían “rematar” la jornada cenando en algunos de los restaurantes de los pueblos de la zona. “Un día redondo”, aseguran.

Xabier Zalbide posa junto con sus hijos, June y Unai Patxi Cascante

Alba Marín, Lucía y Mairena García, tres chicas de entre 14 y 17 años, naturales de Pamplona disfrutaban del pantano subidas y remando en una tabla. Alba pasa todos los veranos en el camping, es su sitio de “veraneo”. Por su parte, sus amigas, Lucía y Mairena, que ya la visitaron el año pasado, han querido repetir este. “Hay un ambiente buenísimo, se está súper a gusto, pasamos los días súper tranquilas” decía Lucía. Después del baño planeaban entre ellas cuál iba a ser la partida de cartas que iban a “echar” después de la comida, el concierto al que iban por la tarde y sus próximas aventuras en el pantano.

El equipo de triatlón de Aranguren posa en la Balsa de la Morea Patxi Cascante

Otros bañistas, en cambio, prefieren un viaje más corto, por ello, eligen otras alternativas como la Balsa de la Morea en Beriain. Este era el caso de los deportistas de triatlón, Arantxa Clarijo, Miguel Serón y Lesmes San Martín y Santi García, del equipo del Valle de Aranguren. Los cuatro coincidían en que “es lo más parecido que hay al pantano de Alloz, pero sin tener que hacer tantas horas de coche”. Para ellos, el entreno al aire libre es una parte fundamental de la preparación. Arantxa y Miguel, que harán una triatlón en octubre, saben que no sería la última vez que iban a pisar la Balsa de la Morea. “Además, el agua está buenísima, se puede nadar sin neopreno y todo”, decía Arantxa mientras salía del agua. l