El fuego de San Martín de Unx es uno de los más grandes que recuerdan en el municipio y que todavía está en boca de sus vecinos y vecinas. Idoia Seco, vecina de San Martín, confiesa que todavía se les saltan las lágrimas al recordar aquellos días. “A mí me tocó de todo, desde sacar las mangueras hasta llevar a los ancianos de la residencia a Lodosa. Varios de los vecinos nos pusimos de acuerdo para coger nuestros coches y lo primero que hicimos fue evacuarlos”, recuerda Seco, que al volver de dejar a los mayores ya no pudo pasar al pueblo ya que recibieron la orden de evacuar San Martín.

Como ella, decenas de familias se hospedaron en el velódromo que el Ayuntamiento de Tafalla habilitó durante esos días para acoger a los afectados por los fuegos. “Fueron momentos de mucha angustia y de impotencia, estábamos todos muy nerviosos. Desde Tafalla mirábamos todo el rato hacia San Martín, controlando el humo y el fuego. Mi marido y mis hijos estaban aquí y no podía comunicarme con ellos, entonces fue muy difícil. También llegaban rumores que no sabíamos si eran verdad o mentira”, explica la de San Martín.

El regreso

La vuelta a sus hogares, explica, fue muy triste y entre lágrimas. “Llegar y ver todo quemado fue duro, aún se me saltan las lágrimas. Pero cuando vimos que la casa estaba bien y que no había víctimas ni casas quemadas, también fue una tranquilidad”.

Entonces llegó la colaboración de todos los habitantes, unos apagando los fuegos y otros ayudando y ofreciendo su apoyo a los que estaban en primera línea. “Había chavales que llevaban dos días sin dormir y casi sin comer, entonces estuvimos atendiéndoles. Nos juntamos unas cuantas mujeres y les preparamos comida, les limpiábamos los ojos, les hidratábamos ... En cuanto saltaba otra vez la alarma salían todos corriendo. Cuando volvían lloraban de la impotencia”, narra la vecina de San Martín.

Un mes más tarde, Seco cuenta que aquel incendio sigue siendo el tema de conversación en el municipio. “Yo creo que es una forma de desahogarnos. Creo que es algo que tenemos que sacarlo y cada uno cuenta su experiencia y cómo lo vivió”, reconoce Seco. Aunque, añade, “tenemos tanta ilusión y ganas que en cuánto vemos algo verde ya creemos que se está recuperando”. Sin embargo, los de San Martín aún temen que aquellos días puedan volver a repetirse. “Todo sigue estando muy seco y hay días de mucho calor en los que temblamos”, asegura.

Aunque con miedo, la población asegura que durante esos días fue crucial la unión del pueblo y el trabajo que realizaron, en especial, los y las más jóvenes de la localidad, además de los efectivos que trabajaron “día y noche” para parar el fuego de San Martín de Unx.