La oferta de alojamientos universitarios en Navarra es cada vez más amplia y a la carta. A los colegios mayores, residencias y pisos compartidos se le ha sumado un nuevo concepto de piso que ofrece al estudiante la posibilidad de contratar distintos servicios como la comida, limpieza o lavandería, entre otros. Una opción al alza en los últimos años. Y es que los intereses de los estudiantes y su capacidad económica (o la de sus familias) son diversos y las empresas de alojamiento han optado por flexibilizar su oferta para tratar de llegar al mayor número de universitarios. Los precios son también muy variados y oscilan entre los 250 euros al mes que puede costar, como mínimo, alquilar una habitación en un piso compartido (sin ningún servicio) hasta los 1.200 euros de algunos pisos o residencias a todo confort.

No es fácil encontrar la cifra exacta de estudiantes universitarios que se alojan en Navarra (mayoritariamente en Pamplona pero también en Tudela) durante el curso académico. La Universidad de Navarra, en donde dos de cada tres estudiantes son de fuera de la Comunidad Foral, sí tiene datos y en el curso 2021-22 fueron 5.636 los alumnos de grado que residieron en distintos alojamientos que no son la familia. La Universidad Pública de Navarra no dispone de esta información pero el pasado curso tuvo 1.372 estudiantes de grado procedentes de otras comunidades autónomas y del extranjero, a los que habría que sumar cientos de estudiantes de localidades navarras que se quedan en Pamplona durante la semana. De ahí que se estima que al menos 8.000 estudiantes de grado viven entre septiembre y junio en colegios mayores, residencias o pisos compartidos. Y a estos números habría que sumar el alumnado de máster o doctorado.

COLEGIOS MAYORES, COMPLETOS

El servicio de Admisión de la Universidad de Navarra ofrece a sus estudiantes a través de su página web una amplia oferta de alojamientos que pueden encontrar en Pamplona. Entre ellos están los diez colegios mayores existentes: tres masculinos y siete femeninos, “Son entidades adscritas a la Universidad porque persiguen los mismos objetivos y realizan un acompañamiento personal al estudiante en su estancia”, explica Beatriz Fernández de Gaceo, de la Oficina de Alojamiento de la UN. Asimismo, el centro académico ofrece referencias de otras cinco residencias femeninas y seis mixtas. “Son centros con los que llevamos trabajando tiempo y hemos comprobado que podemos recomendarlas a las familias y estudiantes de la Universidad”, afirma.

Esta oficina comienza a gestionar los alojamientos del siguiente curso durante el mes de octubre. “El primer plazo de admisión se realiza en diciembre por lo que los estudiantes que ya saben que han sido admitidos suelen reservar el alojamiento para esas fechas”, explica Beatriz Fernández de Gaceo. Otros lo hacen en el plazo de abril y siempre hay estudiantes que postergan la decisión y buscan vivienda en verano. Eso sí, la oferta se reduce ya que, por ejemplo, “los colegios mayores y residencias femeninas ya están completos, no hay plazas”.

El pasado año, en torno a un millar de estudiantes de grado de la UN se alojó en colegios mayores mientras que unos 292 lo hicieron en residencias. La mayoría, casi 4.000 estudiantes, optó por un piso. Y es que la opción de los colegios mayores y las residencia es más demandada por el alumnado de primero y segundo curso, tal y como reconoce Fernández de Gaceo, pero después muchos de ellos suelen irse a un piso compartido. “Siempre hay estudiantes que se quedan toda su etapa universitaria en el colegio mayor o en la residencia pero lo habitual es que en 3º y 4º se vayan a pisos”, explica la responsable de la Oficina de Alojamiento de la UN.

En su opinión, la demanda de alojamientos universitarios se mantiene estable si bien en los dos o tres últimos años se ha producido un cambio de tendencia hacia un estudiante que busca un alojamiento “más a la carta”. “Han surgido varias residencias mixtas (Mi Campus, en el antiguo Hotel Cuidad de Pamplona; una en la calle Media Luna y una tercera al lado del Reyno Arena) que ofrecen mayor flexibilidad a la hora de contratar los servicios. Y también han proliferado las empresas que gestionan pisos que funcionan de forma parecida a esas residencias, y ofrecen distintos servicios como media pensión, pensión completa, lavandería, limpieza...”, explica Fernández de Gaceo, que añade que esta flexibilidad favorece al alumnado de intercambio ya que “muchas veces vienen para un semestre o unos meses concretos y por ejemplo en los colegios mayores y las residencias femeninas la estancia es de curso completo”.

Los precios oscilan entre los 700 y los 1.200 euros al mes si bien la responsable de la UN indica que se puede encontrar algún piso sin contratar ningún servicio por 500 euros.

UPNA, INTERMEDIARIA

A diferencia de la UN, el alumnado de la Universidad Pública de Navarra es mayoritariamente de la Comunidad Foral por lo que la demanda de alojamientos es menor. Aun así, en torno al 15% del alumnado de grado procede de otras CCAA (algo más de un millar de jóvenes), unos 250 son extranjeros y también hay estudiantes de localidades navarras que prefieren quedarse a vivir en Pamplona (o Tudela) durante la semana. “Nuestro papel es ser intermediarios y facilitar la búsqueda de alojamiento a nuestros estudiantes y que puedan contactar con el que más les encaje según sus intereses y posibilidades”, explica Conchi Casado., de la Bolsa de Alojamiento universitario de la UPNA, que reconoce que, a diferencia de en la UN, la búsqueda y peticiones de información comienza en marzo y es después del 15 de julio, fecha en la que se conoce la primera lista de admitidos, cuando se concretan las reservas.

En esta bolsa, que aparece en su página web, la UPNA ofrece la información que les facilitan los responsables de las residencias o los arrendadores de los pisos. En la actualidad existen alrededor de una docena de anuncios de pisos en alquiler completo, que oscilan entre 600 euros un piso de una habitación en el barrio de la Milagrosa hasta los 1.250 euros de una vivienda de cuatro habitaciones en Azpilagaña.

Asimismo la bolsa cuenta con una veintena de anuncios de pisos compartidos. “En cada anuncio se indica la disponibilidad del número de habitaciones que hay libres. El precio por estancia ronda los 250-400 euros”, señala Casado, que añade que también tienen otra treintena de anuncios de residencias, la mitad se encaja en el concepto tradicional y la otra mitad en un modelo, “en auge”, de alojamiento en piso o apartamento con los mismos servicios que ofrecen la residencias. “Los precios son más variados dependiendo de lo que se contrate: habitación individual, compartida, servicio de comida, limpieza...”, explica Casado.

RESIDENCIA LOS ABEDULES

En las inmediaciones del campus de Arrosadia se encuentra la Residencia Los Abedules, que pertenece a la universidad pero la gestiona otra empresa. “El alumnado de la UPNA tiene prioridad sobre el resto y es mayoritario. Además tenemos como un 10-15% de estudiantes de la Universidad de Navarra y en torno al 15-20% de las plazas son ocupadas por estudiantes Erasmus que suelen venir un semestre”, explica la directora de Los Abedules, Eva Igoa.

Esta residencia, que ofrece 250 plazas para estudiantes, dispone de dos modalidades de habitación: el estudio individual con cocina propia y otro estudio individual con cocina compartida con otra habitación. Los precios, sólo alojamiento, ascienden a 506 y 563 al mes respectivamente (si la reserva es para todo el curso académico). Ahora bien, como puntualiza Igoa, “según los servicios que contraten pueden alcanzar los 850 euros al mes”. Y es que esta residencia ofrece a los universitarios la posibilidad de contratar media pensión o pensión completa, lavandería, limpieza... y, tal y como reconoce Igoa, “son muchos los que demandan estos servicios”.

A falta de un mes para el inicio del curso ya están ocupadas 235 de las 250 plazas ofertadas y la directora de la Residencia Los Abedules cree que colgarán el cartel de completo.

CONVIVENCIA INTERCULTURAL

Pilotaje con dos pisos de alquiler a partir de septiembre. El próximo curso se estrena el proyecto piloto PisuKideak, que ofrece una alternativa de convivencia intercultural entre personas jóvenes con distintos orígenes y procedencias. La UPNA participa en este proyecto de la dirección general de Políticas Migratorias como entidad colaboradora. Para el curso que comienza en septiembre van a desarrollar un pilotaje en dos pisos de alquiler, en los que convivirían dos jóvenes estudiantes universitarios y dos jóvenes vinculadas-os al Programa KIDEAK (migrantes). Los participantes contarán con el acompañamiento de un equipo técnico y figura profesional para la orientación y mediación en procesos de convivencia. Este proyecto pretende contribuir a la cohesión y la convivencia intercultural de la sociedad navarra. La experiencia está dirigida a alumnado universitario mayor de 18 años, comprometido socialmente y con ganas de nuevas experiencias y capacidad de adaptación. Los interesados pueden apuntarse en este enlace.