Quizá porque podría ser su último discurso al frente del Rectorado (se desconoce si se presentará a las próximas elecciones de primavera), el rector de la Universidad Pública de Navarra Ramón Gonzalo ha pronunciado un discurso potente y reflexivo, en el que advirtió de que las reformas legislativas que se están desarrollando “van a determinar el futuro de las universidades en los próximos 20 años”.

Un cambio normativo que, para el gran público, resulta lejano pero que, tal y como ha afirmado Gonzalo, “condicionará el futuro desarrollo de las universidades, pero lo que es más importante, determinará la formación de nuestros futuros profesionales, que son los que se incorporarán a vuestras empresas, a nuestras instituciones y a los gobiernos y que nos tendrán que guiar en el devenir futuro”. Sin olvidar, ha remarcado el rector, la contribución de la universidad al desarrollo científico, que es “la base del progreso de cualquier sociedad”

El rector se mostró crítico con la reforma laboral, que no ha tenido en cuenta a las universidades. La UPNA, recordó, contrata a unas 260 personas de media cada año para el desarrollo de proyectos de investigación de los que es adjudicataria. “Se ha intentando por activa y por pasiva que el Ministerio, atendiendo a la idiosincrasia de la Universidad, hubiera podido incluir ésta dentro de la norma. La respuesta fue que la reforma laboral es intocable, el mismo día que se daba a conocer que se modificaba para ser adaptada a las actividades artísticas”, ha lamentado Gonzalo, quien añadió que “quizá debamos inscribir nuestras actividades como artísticas”.

Esta normativa, ha añadido, “nos obliga a hacer contratos de investigación indefinidos de duración determinada, algo que de por sí es un oxímoron”.

La Ley de Ciencia, ha puntualizado Gonzalo, “viene a paliar significativamente algunos aspectos lesivos para la Universidad producidos por la reforma laboral, pero no completamente”.

Peligra el sistema de prácticas

El rector también ha sido crítico con la propuesta legislativa que pretende que las prácticas universitarias coticen a la Seguridad Social. “El coste y gestión de las mismas puede hacer que el modelo formativo, donde las prácticas han adquirido un papel tan relevante, se tambalee, derivando en una reducción drástica de las mismas o en su completa supresión”, ha advertido.

Entre otras reformas, Gonzalo también se ha referido a la ley estrella, la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que supone avances en temas de internacionalización, formación a lo largo de la vida o desarrollo sostenible, pero que introduce aspectos que podría mermar la calidad docente y perjudicar los procesos de evaluación.