Aprovechando que ayer fue el Día Mundial de la Salud Mental, la asociación Mejorana, que ofrece una nueva casa a gente con problemas mentales, se concentró frente al Parlamento de Navarra para reivindicar sus derechos frente a unas tendencias médicas que los deshumanizan. 

El acto comenzó a las once de la mañana con el canto de diferentes lemas, como por ejemplo: “La locura no se cura con tortura”, “No más pastillas en nuestro botiquín” o “No soy un enfermo, soy una persona”. 

Mejorana está en contra de esa figura del “enfermo mental” que habita en el imaginario colectivo así como de los diagnósticos en el ámbito psicológico, pues, en palabras de Sandro Iaboni, portavoz de Mejorana, “Un problema mental no es comparable a un brazo roto, mientras que uno se puede comprobar y curar físicamente, el otro apenas tiene una base física”. 

La asociación defiende que los problemas psicológicos derivan de un malestar en el entorno, como pueden ser una familia desestructurada o una pandemia con su consecuente confinamiento. En otras palabras, le dan más importancia a los eventos exteriores que a posibles sucesos interiores en el sentido biológico.

No son gente enferma, son personas con diversidad mental

En este sentido, están en contra del diagnóstico psiquiátrico pues supone tanto otorgarle una mochila llena de piedras como una deshumanización. Una vez eres diagnosticado, te excluyen de la sociedad “normal”. “No son gente enferma, son personas con una diversidad mental y experiencias psicosociales. Un doctor no puede tener la capacidad de definir a una persona en base a una pruebas poco empíricas”. 

Piden, por tanto, no solo tener el derecho a decidir el diagnóstico sino también el tratamiento. Proponen alternativas a la excesiva medicalización que ofrece la salud pública, pues esta supuesta solución, en palabras de Iaboni, “no hace otra cosa que convertir al paciente en un adicto y al psiquiatra en un camello”.

Así, también están en contra de la internación forzada, pues esto no es otra cosa que la supresión de los derechos fundamentales, una cierta tortura. Implica no solo una deshumanización sino también asumir que es un peligro tanto para él como para el resto.

Mejorana ofrece, por tanto, asilo y alternativas a aquellos que no se vean definidos por una “enfermedad”.