El delegado territorial de la Aemet en Navarra, Peio Oria, analiza el inicio de un otoño más cálido y seco de lo habitual hasta ahora. Octubre batirá todos los récords de temperaturas, que seguirán siendo especialmente elevadas en las próximas semanas. Además, el experto advierte de la necesidad de que lleguen precipitaciones continuadas en los próximos meses para no llegar con problemas de sequía al próximo año.

Después del segundo verano más cálido en Navarra, el otoño ha comenzado con las altas temperaturas también como protagonistas.

–Sí. Septiembre resultó cálido en el conjunto de Navarra y este octubre va a batir todos los récords. Faltan todavía unos días, pero es una conclusión que nos atrevemos a hacer. Tanto las temperaturas máximas como las mínimas están siendo en octubre mucho más altas de lo normal, muchos días por encima de los 25 grados y todavía esperamos que repunte un poco más hasta acercarse a los 30 grados esta última semana. Son temperaturas muy impropias para esta época del año. En general, todo lo que vivimos en verano se está alargando. Ya no tenemos los calores sofocantes de junio y julio, pero sí que parece que este otoño es como una continuación. 

¿Se va a mantener este calor las próximas semanas?

–Esta última semana de octubre va a ser muy cálida, con viento sur mantenido y riesgo muy alto de incendios, sobre todo en la zona cantábrica. Parece que noviembre seguirá con temperaturas más altas de lo habitual, en torno a los 15 o 20 grados. Lo normal es que en noviembre ya haya algún episodio de frío que se pueda adelantar, pero de momento eso no lo vemos en los modelos. 

¿Vamos a tener otoño o vendrá el frío de golpe?

–Bueno, tampoco es algo nuevo de este 2022, ya llevamos bastantes años viendo como los veranos se alargan y cada vez le cuesta más entrar al frío. Esto viene a continuar la tendencia que estamos observando de que las estaciones de otoño y primavera se acortan en detrimento del verano, que va empezando cada vez antes y acabando más tarde. 

¿Existe alguna explicación para que el frío llegue cada vez más tarde?

–En general, vemos que las situaciones propias de verano, con viento sur y transporte de aire desde el norte de África, se dan cada vez más. Hace unas décadas era lo propio de julio y agosto, pero estamos viendo que los últimos años estas situaciones se estiran más hasta mayo, septiembre y octubre. Las previsiones de cambio climático van por aquí, que estos patrones se salgan un poco de su temporada habitual y se prolonguen en otras épocas del año. La sequía es otra manifestación más del cambio climático que además este año nos está tocando de lleno. Llevamos el año más seco de los últimos 50 en Navarra y estamos a la espera de lo que pase en noviembre, diciembre y enero. Son los meses en los que tiene que llover y tiene que hacer frío. Si eso no llega, podríamos estar en problemas de cara al año que viene. 

¿Cuál es la previsión de precipitaciones para lo que queda de otoño?

–A corto plazo, para las próximas semanas, no se ven grandes temporales de precipitación. Los pronósticos de precipitación a nivel estacional que manejábamos era que no había una señal clara para nuestra zona. En la zona occidental de la península están teniendo más lluvias y ha habido tormentas muy fuertes en el Mediterráneo, pero parece que en nuestra zona no acaban de entrar los temporales de noroeste, que son los que dejan grandes cantidades de agua. De momento, todos los que están viniendo lo hacen de suroeste y en Navarra no suele dejar grandes cantidades. En lo que llevamos de otoño, mantenemos la tónica de precipitaciones por debajo de lo normal. Está siendo un trimestre mayormente seco, aunque ha habido algunos episodios de tormentas fuertes. 

La situación de los embalses sigue siendo preocupante pese a algunos chaparrones que han caído.

–Sí. Son tormentas que pueden dejar grandes cantidades de precipitación, pero muy localizada. Además, al estar tan seco el terreno, el suelo absorbe estas primeras lluvias. La situación de los ríos y de los embalses prácticamente no ha cambiado y no va a hacerlo de forma rápida. Se necesita un cambio de patrón para rellenar las reservas hídricas. En el caso de Yesa, por ejemplo, dependería mucho de cómo venga la temporada de nieve en Pirineos y, en el resto de embalses, de que entren bien los temporales de noroeste y de que sea algo continuado. Que venga uno detrás de otro y si puede ser muchas semanas seguidas. Mientras eso no suceda, la situación de los embalses no se va a revertir. Que no llueva en verano entra dentro de la lógica, pero estos tres próximos meses sería crucial que llueva de cara al año que viene. 

¿Qué zonas están especialmente afectadas por la sequía?

–La zona de Yesa y Sangüesa, la Cuenca de Pamplona y la zona de Lumbier y Aoiz. La vertiente cantábrica se ha recuperado un poco porque ha habido lluvias intensas en toda la zona norte. Pero el Pirineo también necesita mucha mucha agua. Creo que las cuencas de la zona media y Pirineos es seguramente donde más falta hace ahora mismo. 

A ver si llega la lluvia este invierno, pero con menos intensidad que en las inundaciones de diciembre del año pasado.

–Sí. Ese es el miedo también. Que venga una situación de ese tipo y pasemos al otro extremo que tampoco es bueno. Lo ideal es que vaya entrando poco a poco, una detrás de otra y de noroeste. Mientras sigan llegando de suroeste lo que vamos a tener aquí es viento, temperaturas disparadas y riesgo de incendios.