Una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus a lo largo de su vida y el diez por ciento será joven. En España, se producen 120.000 nuevos ictus y 40.000 personas fallecen por esta enfermedad. Este sábado se celebró el Día Mundial de una patología que supone la primera causa de muerte en mujeres, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia.

“En cualquier reunión que nos encontremos, de cada seis personas que estemos en ella, una sufrirá un ictus”, comenta el doctor Francisco Aranda, coordinador del Grupo de Trabajo Neuro SEMES, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, que alerta de que el ictus supone un coste directo sanitario de 2 millones de euros al año y un coste indirecto por secuelas de 6,5 millones.

Cerca de un 30% de los pacientes sufren algún tipo de discapacidad tras un ictus. Saber identificar un ictus es clave para poder salvar la vida del paciente y que su situación no empeore: “Cada minuto que pasa se pierden 2 millones de neuronas”, recalca el doctor Aranda.

Aunque su tipología depende del área del cerebro que se vea afectada, los principales síntomas son: pérdida de fuerza en cara, desviación de la comisura bucal, pérdida de fuerza en brazos y piernas del mismo lado de forma súbita o trastornos de sensibilidad, pérdida súbita de visión, alteración repentina del habla, dificultad o imposibilidad de hablar, dolor de cabeza súbito o sensación de vértigo intenso, entre otros.

El Consejo de Enfermería alerta de que tan sólo el 50 por ciento de la población sabe reconocer estos síntomas, e incluso menos conocen que el ictus puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad.

ICTUS y juventud

El diez por ciento de los ictus los sufren personas jóvenes y de mediana edad, según las últimas cifras de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “De siempre se ha visto el ictus como una enfermedad que afecta a las personas mayores y el problema es que se sigue viendo así. Cuando una persona joven tiene un ictus, él mismo y la familia y amigos nos dicen que no sabían que alguien de esa edad pudiera tenerlo”, afirma Rosa Roldán, de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (SEDENE).

Una mala alimentación, el aumento de la obesidad, un consumo de sustancias tóxicas desde edades tempranas o una situación de estrés constante son algunas de las causas que pueden desencadenar un ictus en una persona joven.

Pero también se pueden producir otros factores que no podemos controlar, ya que a partir de los 40 años todos tenemos arterioesclerosis que también es otro factor de riesgo. “Las enfermedades cardiológicas, como el foramen oval permeable, las malformaciones como aneurisma y malformaciones arteriovenosas pueden producir también hemorragias cerebrales en personas jóvenes”, continúa Roldán.

En corto

l Pruebas. En el año 2015 se realizaron en España unas 2.100 trombectomías, cinco años después, en el año 2021, el número de trombectomías ha crecido hasta 7.284, lo que supone pasar de 4,5 a 15,3 trombectomías por 100.000 habitantes, advierte la Sociedad Española de Radiología Médica. Esto es debido fundamentalmente a una mayor accesibilidad a Unidades de Neurorradiología y al envejecimiento de la población con la comorbilidad asociada a la elevada edad.