No han visto todavía un euro de las ayudas que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones prometió hace casi medio año y las familias navarras que acogen en sus casas a ucranianos están haciendo un esfuerzo titánico para sacar adelante dos familias: la biológica y la de acogida.

En Navarra hay unas 25 familias que han acogido a refugiados de Ucrania tras el estallido de la guerra a finales de febrero, la mayoría de ellas son familias que traían a menores a través de las asociaciones Arcoíris Solidario y Chernobil Elkartea y que ahora tienen en sus casas a esos niños y a sus familias. Aseguran que no han dudado en ningún momento y que pese al esfuerzo que están haciendo, el tener a sus seres queridos a salvo compensa todo lo demás, no obstante denuncian que las ayudas que les prometieron –400 euros por familia y 100 por niño al mes– de momento son papel mojado. 

DIARIO DE NOTICIAS se ha reunido con una treintena de miembros de estas 25 familias que se agrupan en torno a las asociaciones Arcoíris Solidario y Chernobil Elkartea. La responsable de esta última en Navarra, Mari Carmen Oscáriz, afirma que gran parte de la población ucraniana en la Comunidad Foral “está saliendo adelante gracias a la solidaridad de las familias de acogida y de los colectivos que hemos estado ahí”.

Oscáriz explica que la mayoría de estas familias las componen “mujeres solas con sus hijos” porque los hombres tienen más difícil abandonar el país. “Aquí es complicado que encuentren trabajo porque muchas no dominan el idioma y no tienen una red social”, asegura.

De madre e hija a familia numerosa

“No hemos recibido ni un céntimo"

Un ejemplo de ello es Eunate Etxaide, que siendo madre soltera ha acogido en su casa a Nyka, Illia, Bogdana y Veronyka, cuatro hermanos que el 29 de abril consiguieron salir de Ucrania y llegar a Navarra. “Nyka vino de acogida desde los 6 hasta los 14 años y cuando estalló la guerra tuvimos claro que teníamos que traerla a ella y a sus hermanos pequeños. 

"Así que desde entonces mi hija Ibone y yo hemos pasado de ser dos a ser una familia numerosa de seis miembros”, relata esta profesora pamplonesa, que aunque está feliz de tener a Nyka y sus hermanos a salvo en su casa, reclama las ayudas que el Gobierno anunció: “En el País Vasco sabemos de familias que las están recibiendo y en Navarra no hemos percibido ni un céntimo. ¿Cómo voy a mantener a tres niños con un solo sueldo?”.

De niña a madre de acogida

“ La situación es difícil, tienen que hacerse a una vida distinta”

José Antonio Yeregui, vecino de Pamplona, también insiste en que en la comunidad vecina se están concediendo ayudas a las familias ucranianas que denuncia la “situación precaria” en la que se encuentra muchas personas. José Antonio y su familia tienen en casa a Liudmila Yancich, de 31 años, y a su hija Annia, de 7, desde el pasado mes de marzo: “Liudmila vino de acogida de los 8 a los 14 años y ahora ha vuelto con su hija huyendo de la guerra”.

La situación, reconoceJosé Antonio, es complicada, porque el marido de Liudmila se ha quedado en Ucrania y ahora ella y su hija “tienen que hacerse a una vida distinta habiendo dejado todo atrás”. “Nosotros vamos a seguir ayudándola, pero a los políticos se les llenó la boca de solidaridad y a la hora de la verdad no hemos visto un euro”, critica este vecino de Pamplona.

La dureza de los ucranianos

“Allí no tienen ni luz ni calefacción y ya están a 10-15 grados bajo cero”

La familia de Hanna ha estado viviendo durante semanas en el sótano de una casa para protegerse de las bombas que caen cerca de Chernobil. Al ser preguntada por cómo se encuentran, Hanna asegura rotunda: “Bien, de momento se encuentran bien”.

Pero Mari Carmen Oscáriz lo matiza después: “No está bien, lo que pasa es que los ucranianos son muy duros y no dicen tan fácilmente que están mal. Pero la realidad es que sus familiares están en una situación crítica porque no tienen luz ni calefacción y allí algunos días ya están teniendo temperaturas de 10-15 grados bajo cero”.

Hanna está viviendo en Cizur Menor con sus tres hijos Dennis, Bogdan y Constantin, gracias a la acogida de José E. y su familia, que estuvieron durante 6 años trayendo a Dennis a su casa, que ahora tiene 13. “Al principio vinieron a casa pero ahora están viviendo en un piso. Esta ella sola con tres hijos y nosotros le estamos ayudando, pero esas ayudas que anunciaron tienen que llegar ya”, insiste José E.

De hecho, el vecino de Cizur Menor señala que ya solo los gastos escolares suponen un esfuerzo económico importante:“Los críos van al colegio público de Cizur y la escolarización la cubre el Gobierno de Navarra pero luego los gastos de libros y demás no y solo el material escolar vale unos 135 euros por niño".