¿Jornada continua o jornada partida? ¿Cuál de las dos tiene mejores repercusiones sobre el alumnado? Con el objetivo de aclarar esta polémica tras años de debate, el Consejo Escolar de Navarra ha organizado conferencias en las que diversos expertos exponen sus análisis. La primera de estas sesiones ha tenido lugar esta tarde en el salón de actos del Museo de Navarra, a cargo de Xavier Martínez Celorrio, profesor de Sociología de la Educación de la Universidad de Barcelona. 

Con el título La jornada escolar: otros horarios escolares son posibles, Martínez ha explicado que “se trata de un debate áspero y muy polarizado. Pero, como en toda polémica, a veces nos olvidamos de la escala de grises. No todo es blanco o negro, hay tonos intermedios”.

Antes de dar comienzo a su ponencias, Carlos Gimeno, consejero de Educación, recordó que esta es una cuestión que merece especial atención por parte de la administración educativa, y que “en el curso académico 2017-2018 apenas 13 centros escolares navarros tenían jornada continua. Hoy en día son 153”.

EVIDENCIAS

Respecto a la jornada continua, “no hay ninguna evidencia empírica que demuestre sus ventajas”, ha puntualizado Martínez. Ha hecho hincapié en que no todas las familias pueden tener las tardes libres y, por tanto, la jornada continua perjudica a la inmensa mayoría. Según el experto, tampoco hay evidencias de que este tipo de horario mejore la fatiga, la conciliación familiar o el rendimiento académico.

Por otro lado, la jornada continua, desde el punto de vista curricular, aumenta la demanda de deberes en casa. En este sentido, Martínez ha recordado las huelgas convocadas por la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA) en 2016 y 2018, que fueron resultado de la “obsesión que había por mandar a los alumnos deberes a casa”.

Asimismo, el experto ha destacado que en la Comunidad Valenciana, cuando se pasó de la jornada partida a la continua, el rendimiento cayó del 40% al 25%, y en Galicia del 50% al 35%.

ALEMANIA COMO EJEMPLO A SEGUIR

Con el fin de elevar los resultados de los alumnos, Martínez ha detallado que el ejemplo más claro a seguir es el de Alemania, donde se propuso cambiar el modelo organizativo de las escuelas y se implantó la llamada “escuela a tiempo completo”. Este modelo se basa en la interacción y cuidados entre estudiante y docente, en hacer uso de un tiempo no lectivo libre y supervisado, en establecer un mínimo de ocho horas de clase presenciales y en la combinación de bloques lectivos y no lectivos con pausas de entre 20 y 30 minutos. “En Alemania se ajustan a la crono-biología de los niños y niñas. Alemania ha mejorado en resultados, con diez puntos más en asignaturas como matemáticas o ciencias. Sin embargo, España ha empeorado”, ha puntualizado.

OTRAS OPINIONES

Entre los asistentes al debate, algunos se han mostrado a favor y otros en contra de la opinión del profesor Martínez, aunque todos han coincidido en que la conferencia ha sido interesante. María Ángeles, jefa de estudios de un centro educativo y profesora de música, ha señalado que en la Comunidad Foral ha aumentado la jornada continua y que “en ninguno de los casos ningún centro escolar ha vuelto para atrás y ha cambiado de opinión”. Además, ha añadido que no existe ninguna evidencia a favor de la jornada continua, pero tampoco a favor de la jornada partida. “Los adultos no queremos una jornada laboral de más de ocho horas, ¿por qué se la querríamos implantar a los niños?”. La respuesta del experto ha sido que, de esta manera, los alumnos podrían aprender más y adquirir más conocimientos. Como profesora de música, María Ángeles ha destacado que la jornada continua favorece que pueda dar clase “a las cuatro de la tarde y no a las nueve de la noche”, ya que asignaturas como música, danza o educación física suelen dejarse en un “segundo plano”.