La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, ha mantenido esta semana un encuentro con el director de la Fundación + 34, Javier Casado, en el que éste trasladó el trabajo que la entidad realiza con personas presas o en situación de desarraigo en el extranjero. La Fundación recaba información sobre su situación jurídica, favoreciendo su atención, tanto física como psicológica, y trabajando, en el caso de quienes se hallan encarceladas, para acelerar su traslado a cárceles españolas. 

Pero la organización, según explicó a este periódico Casado, también ha empezado a ofrecer una cobertura legal más allá de las personas presas ya que su red de más de 400 voluntarios permitiría dar apoyo en casos de crisis. “Por ejemplo, si ocurre algo como la catástrofe de Fukushima y pilla a navarros en Japón, nuestros voluntarios allí podrán ayudarles. Lo mismo si ocurre algo como la reciente crisis política en Perú”, explicó el director de la Fundación +34, que avanza que están trabajando con el Gobierno foral para una colaboración de este tipo de cara al futuro.

Asimismo, otra de las labores que presta la entidad es la ayuda a personas que, al abandonar las prisiones, no tienen medios económicos para volver a su país de origen o han pasado a una situación de indigencia, además de promover su reinserción al regresar. Casado detalla que la fundación asesora y asiste también a familiares de los afectados y en los países en los que actualmente hay navarros presos cuenta con 250 voluntarios y voluntarias.

Cabe destacar, que en algunos de estos países la situación es especialmente dramática, ya que las condiciones de vida en las prisiones, con situaciones de hacinamiento, precariedad e insalubridad, son particularmente duras. En este contexto, la fundación, puesta en marcha en 2014, lleva a cabo una concienciación sobre los peligros de delinquir en el exterior, de forma que la población reclusa en el extranjero se ha reducido en la última década muy notablemente.