La sonrisa de Tere Boleas Osés se mantendrá perenne en el colegio Elías Terés Sádaba de Funes, localidad donde esta maestra de Primaria vive y donde ha ejercido durante 18 de sus 35 años de servicio hasta que ahora toca ya jubilarse.
Tere se despidió esta mañana de un colegio en el que ha dejado huella, y que le ha marcado la vida. Acudió al centro educativo en su bicicleta, por la ruta de costumbre, sin de veras esperar o que se le pasara por la cabeza que a la llegada al colegio la iba a recibir un pasillo infinito de aplausos, muestra del agradecimiento generalizado a una maestra muy querida.
Sus niños y niñas de 2º de Primaria, de los que ha sido tutora en este último curso, además de impartir Lengua, Matemáticas y Conocimiento del Medio, le han mandado un buen desayuno para emprender con fuerza su último día. Luego, el colegio entero le ha devuelto su cariño y le han obsequiado con distintos regalos, música y baile, pero seguro que lo que más adentro se va a llegar siempre va a ser el abrazo de tantos alumnos y alumnas que difícilmente la olviden.
