El 22 de agosto de 2016, Diana Quer, una joven de 18 años natural de Galicia, desapareció cuando volvía de madrugada a su casa del pueblo coruñés A Pobra do Caramiñal. Muy pronto comenzó la búsqueda de Diana, que acabó año y medio más tarde, cuando la Guardia Civil encontró los restos de su cuerpo sin vida en un pozo sellado en el municipio de Rianxo. Más tarde, el responsable confeso del asesinato, José Enrique Abuín, alias 'el Chicle', fue detenido y condenado a cadena perpetua revisable.  

Hace siete años, Juan Carlos Quer, padre de Diana, se encontraba de vacaciones en Benicasim. En eso momentos, recibió una llamada de Valeria, su otra hija, explicándole la desaparición de Diana. Nada más hacerse eco de la noticia, Juan Carlos se dirigió de inmediato a Galicia. Al parecer, Diana desapareció cuando volvía a casa de las fiestas de A Pobra do Caramiñal. La búsqueda de la joven concluyó 500 días más tarde, cuando fue hallada sin vida en un pozo de Rianxo.

En una entrevista ofrecida a medios de comunicación, Juan Carlos Quer expresa sus impresiones sobre el crimen: “No aprendemos como sociedad que hay personas que son errores u horrores de la naturaleza y que no se van a rehabilitar jamás”. El responsable del homicidio contra Diana, José Enrique Abuín, conocido como 'el Chicle', acumula tres condenas por delitos sexuales y asesinato. En 2017, el día de Navidad, a punto estuvo de llevarse a su segunda víctima mortal, ya que intentó matar a otra mujer en el pueblo de Boiro.

A día de hoy, Juan Carlos Quer no olvida el horrible asesinato de su hija y sigue exigiendo cambios en la legislación de la prisión permanente revisable a la que está condenado ‘el Chicle’, el asesino de Diana. De hecho, su padre consiguió más de 3 millones de firmas en contra de la derogación de la prisión permanente revisable cuando aún no se había pronunciado el Tribunal Constitucional al respecto, convirtiéndose en un referente para familias que han pasado por la misma situación. “Es una carrera de fondo que sigue. No conseguimos que ocultar el cadáver después de un crimen fuera causa de prisión permanente. Es una asignatura pendiente.”

Lenta recuperación

Juan Carlos Quer se encuentra estos días en A Pobra, esperando la visita de su hija Valeria. “Muy poco a poco empieza a sonreír a la vida”, dice su padre, centrado en la recuperación de la única hija que le queda y que ahora tiene 23 años de edad. A pesar del duro dolor que lleva dentro, Juan Carlos dice que no podría estar en ningún otro lugar. «Aquí me siento cerca de mi hija».