Un lugar en el que se respire reflexión y diálogo entre diferentes, se valore la convivencia plural y la diversidad y se promueva el compromiso social. Esta es la universidad que anhela María Iraburu, rectora de la Universidad de Navarra, un espacio “abierto y saludable, que se convierte en un punto de encuentro para tanas personas y entidades que apuestan por el diálogo”. Unas metas que tildó de “atractivas y en cierta medida contraculturales, es decir, difíciles de alcanzar”, pero que Iraburu ve como un estímulo para afrontar el nuevo curso y, sobre todo, “los tiempos que vivimos de fuerte polarización” y enfrentamiento social.

La rectora de la UN ha presidido este mediodía el acto de apertura del curso académico 2023-24, un momento en el que, como señaló en su discurso, confluye “lo permanente y lo variable”. “Muchos retomamos nuestro trabajo académico como algo conocido y a la vez novedoso. Porque la universidad se renueva cada año con los nuevos estudiantes y con el profesorado y otros profesionales que se incorporan, a los que doy mi bienvenida”, ha señalado Iraburu, que ha aprovechado el acto para desear a los responsables de las instituciones navarras “una etapa muy fructífera que contribuya al bien común de las personas”.

Más de 200 doctores y doctoras junto a autoridades civiles, profesorado y estudiantes abarrotaron el Aula Magna de la UN. Oskar Montero

Sus palabras han clausurado un acto académico en el que participaron las principales autoridades académicas y civiles, además de profesorado y alumnado. El evento ha comenzado con el tradicional desfile del cortejo académico en el que participaron un total 206 doctores y doctoras, y que ha estado amenizado por el coro del seminario internacional Bidasoa.

Más de 13.500 estudiantes

El primero en intervenir fue el secretario general de la UN, Jesús Mari Ezponda que glosó los datos más relevantes de la extensa memoria del curso 2022-23. Un año en el que estudiaron un total de 13.577 alumnos y alumnas, mayoritariamente de grado (9.532) y en el que siguió creciendo la presencia de estudiantes internacionales. En concreto, el pasado curso, el 28,8% (3.920 alumnos) era extranjero, de un total de 115 nacionalidades. Ezponda también ofreció datos relacionados con la investigación y la transferencia así como de becas y empleo.

DATOS DE LA MEMORIA

  • 13.577 estudiantes y 3.461 logran el título. La UN tuvo 13.577 estudiantes el pasado curso: 9.532 de grado, 2.988 de máster y 1.057 de doctorado. Un total de 3.461 alumnos terminaron sus estudios.
  • 655 proyectos de investigación. Más de 130,8 millones fue el presupuesto global asignado a los 655 proyectos de investigación de los 8 centros de la Universidad. Hay 428 investigadores, 1.024 personas adscritas y 761 proyectos en vigor. Se otorgaron 111 ayudas para contrataciones de investigadores (14,6 millones) y se suscribieron 390 nuevos contratos de I+D+I con empresas (23,6 millones).
  • 6,5 millones para becas. La UN recibió 24,8 millones procedentes de donaciones: el 53% se destinó a investigación, el 26,5%% a becas (6,5 millones) y 20,5% a otras cosas. Según un estudio, el 86% de los antiguos alumnos beneficiados por una beca alumni no hubiera podido estudiar sin la ayuda.
  • 195.887 antiguos estudiantes. La UN tiene ya 195.887 antiguos alumnos, incluidos el IESE, en más de 120 países.

A continuación, la profesora de la Facultad Eclesiástica de Filosofía, María Jesús Soto, ha pronunciado la lección inaugural El espejo roto. Filosofía e identidad, en el que reflexionó sobre la metáfora del espejo, “una constante en el pensamiento occidental”, y del “poder místico” que la tradición oriental otorga a este objeto.

Tres grandes retos

Como colofón al acto, la rectora de la UN ha dado un discurso breve en el que se centró en los tres grandes retos (reflexión, convivencia y compromiso social) que tiene por delante no solo la universidad que dirige sino todas las universidades. Más aún en los tiempos en los que vivimos, señaló, “de fuerte polarización, de afirmaciones simplistas, contrarias a toda reflexión crítica; de enfrentamiento y de posicionamientos ciegos a las necesidades e intereses legítimos de los demás”. Una atmósfera que tildó de “viciada” y que, ha advertido, “puede fracturar la sociedad”.

“Estamos (estudiantes y sociedad) necesitados no solo de conocimiento sino de sabiduría”

María Iraburu - Rectora de la Universidad de Navarra

La rectora Iraburu conversa con la presidenta Chivite durante el desfile. Oskar Montero

El primero de los ejes sobre el que debe pivotar la universidad es la reflexión. “Puede parecer obvio que la universidad debe ser un espacio de diálogo, de pensamiento crítico, de intercambio entre las ciencias... pero no siempre sucede así”, ha afirmado Iraburu, quien considera que “estamos necesitados no solo de conocimiento sino de sabiduría. Lo necesitan nuestros estudiantes y también la sociedad”.

El segundo gran reto, ha proseguido la rectora, es la convivencia pacífica y plural. “La verdadera convivencia asume y se enriquece con la diversidad y el pluralismo , con el diálogo y la participación”, ha remarcado Iraburu, quien citó el compromiso social como el último de los desafíos. “A la universidad no le compete dar soluciones específicas a os problemas pero sí contribuir con sus fines propios a la paz, la justicia social y la libertad de todos”, ha asegurado.