– UNED Pamplona conmemora sus 50 años de historia y era la única universidad sin medalla. ¿Se lo esperaban?

–Nos habían comunicado que habían presentado nuestra candidatura, pero el resultado depende del jurado, de si se han presentado más candidaturas... La nuestra iba muy bien arropada porque nos han apoyado la UPNA, la Universidad de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, Osasuna, Fundación Caja Navarra, el Orfeón Pamplonés, Policía Foral y Fundación Ilundáin. Entidades de mucho peso a las que agradezco de corazón su respaldo, al igual que a las personas que a nivel particular se han tomado la molestia de presentar nuestra candidatura en el registro. Estamos muy contentos y felices porque se haya reconocido el papel de UNED Pamplona.

Recibir la Medalla de Oro es un buen colofón para cerrar los actos del aniversario.

–Bueno, no vamos a cerrar todavía (risas). El centro abrió sus puertas en octubre de 1973 por lo que durante este curso académico aún haremos alguna cosa. Aunque es cierto que los eventos más importantes (los encuentros con Irene Vallejo y Teresa Catalán, la mesa redonda con el ministro y los rectores, y el 8 de noviembre viene Iñaki Gabilondo). Hemos hecho muchas actividades académicas y ahora nos apetece organizar un acto festivo con los estudiantes, el profesorado tutor y el personal de administración y servicios. Porque este es un reconocimiento a todos. Yo he sido la última en coger el relevo pero en estos 50 años han sido muchas las personas que han pasado por UNED. La implicación de la sociedad navarra en el centro está fuera de toda duda.

El jurado ha destacado la contribución de UNED Pamplona a Navarra. Un modelo flexible que ha permitido a muchas personas cursar una carrera. ¿Cuántos estudiantes han pasado por el centro?

–Calculamos que más de 100.000 estudiantes han pasado por UNED Pamplona. Este es un premio para todos ellos. Han confiado en la calidad de los estudios que oferta la UNED y a la vez han confiado en ellos, en su capacidad de disciplina, de organización, esfuerzo y sacrificio. Somos una universidad flexible que permite a personas que trabajan y/o tienen familia y no pueden ir a una universidad presencial lograr su desarrollo profesional y personal. También somos la universidad preferida para las personas con discapacidad y damos servicio en centros penitenciarios.

¿Qué retos tiene por delante?

–Los retos los marca fundamentalmente la LOSU y tenemos que implantar las exigencias que plantea esta ley. Como centro, el principal reto es promover la formación permanente a lo largo de la vida y llegar a la sociedad navarra. Ya lo estamos haciendo a través del programa UNED Senior (este curso 1.100 inscritos y creciendo porque hay mucha demanda) y de los cursos de extensión universitaria que tienen un potencial de desarrollo enorme. Pero también tenemos que impulsar las microcredenciales (lo marca la LOSU) ligadas al mundo laboral y a las necesidades de las empresas y los trabajadores. Es un reto ilusionante.