Desde su experiencia en el programa de atención psicosocial del Hospital San Juan de Dios/Pamplona (EAPS) la psicóloga Ana Baños acompaña a pacientes con enfermedad crónica avanzada al final de la vida. Así, derivada por la médico de Atención Primaria de María María Carro Etxeberria y Nadir Nadir Manji Tharani, ha sido su soporte emocional desde el principio, hasta su tramo final. “María estaba muy limitada en ese momento y ante el demoledor pronóstico de su enfermedad, optó por la eutanasia. “Es algo factible y en este caso ambos lo tenían acordado. Nuestra manera de acompañar es desde el respeto y hasta el final, sea el que sea. Los pacientes marcan el paso y nosotros damos salida a sus necesidades”. Trabajar comunicación, reconocimiento y ritmos, añade, forman parte de su tarea, así como ir solucionando dificultades. En resumen, “apuntalar”.

En uno de sus últimos ingresos María me dijo: “Ana, esto se termina. Yo le pregunté en qué le podía ayudar. Ella estaba tranquila y no tenía miedo a la muerte. Me pidió que acompañara en el duelo a Nadir . “Ahora tiene que aprender a vivir solo, echando de menos a su mujer durante 50 años”.

Para la psicóloga, lo que ayuda en el duelo es “que todo fluya y la sensación de misión cumplida. La muerte ha podido ser como ellos han querido, y lo han hecho muy bien”. Considera que la eutanasia es una opción para terminar con el sufrimiento en un momento dado, que aporta tranquilidad a los pacientes saber que está ahi y que pueden elegirla.

“Sea la opción que sea y siempre diferente, el duelo tiene que ver con que el proceso haya sido fluido , en armonía y coherencia en el final de la vida”. Y advierte: “Hay que permitirse el tiempo necesario. Esta sociedad tiene mucha prisa en estar bien. Es importante darle sentido al dolor de la pérdida, que es real”.