Pamplona se convirtió este viernes y sábado en la sede nacional del Día Mundial de la Diabetes con talleres y conferencias como Conocer los riesgos es conocer la respuesta, en la que participaron expertos como Elisabet Burillo, con su charla Educar para un futuro, en la que recordó que “el objetivo final de la educación es que las personas con diabetes sepan cómo vivir con la enfermedad sin depender de nadie” para que “sean completamente autónomas en la gestión de la enfermedad”, añadió Burillo. Asimismo, remarcó la importancia de garantizar el acceso a la educación, que debe ser individualizada, en todos los niveles, con una atención primaria y hospitalaria para pacientes de diabetes tipo 1 o 2. Además, recordó la necesidad de crear un equipo multidisciplinar formado por, además de endocrinos y enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales ya que “el paciente es mucho más que insulina, alimentación, educación y ajustes”. Unos educadores que deben tener una formación y compromiso continuo y que sepan adaptar la formación que ofrecen a los hábitos culturales de cada paciente. Burillo recordó que esta educación es primordial no solo para llevar un buen control de la diabetes, sino también para garantizar una calidad de vida al paciente y asegurar su desarrollo y crecimiento

Por su parte, Iñaki Suárez, experto en cuidados de higiene bucodental, destacó la relación bidireccional que hay entre la diabetes y la periodontitis, una infección que puede afectar a sus pacientes “subiendo el control glucémico y pudiendo dar lugar a casos nuevos de diabetes de una manera más precoz”. 

Asimismo, Iratxe Carrillo, podóloga, profundizó acerca del “pie diabético”, es decir, cuando el paciente “entra en un estado patológico donde su piel ha perdido resistencia y elasticidad, lo que la vuelve más susceptible a lesiones, infecciones e incluso posibles ulceraciones o amputaciones”. Sin embargo, transmitió tranquilidad al público al recordar que llegar a los casos de ulceración o amputación “no es como pasaba antes porque hoy en día hay muchas herramientas por el camino que pueden evitarlo”. Carrillo recordó algunas de las complicaciones que pueden surgir a raíz del “pie diabético”, como la evolución a una neuropatía diabética, lo que provoca una pérdida de sensibilidad y dificulta al paciente detectar ciertas lesiones lo que, sumado al desarrollo de una posible vasculopatía diabética, “puede pasar que si el paciente tiene una herida va a ser mucho más difícil de curar porque el aporte sanguíneo que llega al pie va a ser menor, al igual que el oxígeno para la piel”. Para prevenirlo, Carrillo recomendó una serie de hábitos como inspeccionar los pies cada día en busca de nuevas heridas o rozaduras que alerten de que el calzado no es el adecuado, así como una buena alimentación e hidratación de la piel

Mientras, Henar Heras, oftalmóloga, comenzó su charla destacando que “podemos observar a través de la pupila cómo se encuentran afectados los vasos sanguíneos por la diabetes y, tal y cómo estén afectados en el ojo, van a estarlo a nivel cardiaco, en los riñones, en el cerebro o en las piernas”. Asimismo, recordó que las personas con diabetes pueden sufrir diversas pérdidas de visión y que, aunque algunas son transitorias, otras se mantienen en el tiempo, como la retinopatía diabética. Heras calificó la incapacidad visual que produce como “una de las más incapacitantes de todas” ya que deriva en una “pérdida de independencia, productividad y autonomía de los pacientes”, por lo que recordó la importancia de estrategias de diagnóstico precoz que se consiguen a través de aparatos como los retinógrafos