La inauguración de la nueva sede en Pamplona de la asociación Besarkada-Abrazo contribuirá a expandir la labor social de la asociación para aquellas personas y entornos afectados por el suicidio de alguien cercano. Besarkada tiene como objetivo transformar el estigma y el silencio asociados al suicidio para ofrecer ayuda y calidad de vida a las personas afectadas. Desarrolla el proyecto denominado Atención a los supervivientes de un suicidio que abarca un programa de acogida y atención psicológica tanto individual como grupal. Las actividades intentan recuperar su bienestar personal, familiar y social. “Tenemos que cambiar la percepción social del hecho del suicidio, para visibilizarlo y facilitar la superación del duelo”, reivindicó la presidenta Aisa. 

Todas las personas que forman parte de la asociación han sufrido el suicidio de algún ser querido. Las fundadoras, Elena Aisa y Aurora del Río vivieron el suicidio de sus respectivos hijos con un mes de diferencia. “Nos encontramos en el dolor y decidimos ayudar a otras personas. Teníamos muy objetivos muy modestos, con ayudar a una persona nos valía”, expresó la presidenta. 

Respecto a cómo lidiar con una tragedia así, Aurora del Río explicó que “es un duelo con unas características muy concretas. Mueres y vuelves a nacer, es la destrucción total de tu ser”. Ante este dolor, las dos aseguraron que las palabras se quedan cortas y señalaron la importancia del “silencio con presencia”. Esto se refiere a dejar claro a quien sufre que no está sola, ofrecer apoyo y recordar “el gran impacto que puede tener un abrazo”. 

Además de toda labor que se hace con los familiares y amigos, la presidenta reivindicó la necesidad de la prevención. “Es muy importante mandar un mensaje claro de que todo el mundo es importante”, defendió. En esta línea, Francés puso en valor el trabajo de la asociación y agradeció que “trabajan donde las administraciones públicas no llegamos” y aseguró que “tienen que ayudar a orientar las políticas sociales”. 

Buscando una parte positiva, Aisa señaló haber aprendido “la incontrolabilidad de la vida” y “haber recibido mucho amor”. De lo que más se alegran las representantes de la asociación es de haber conseguido establecer la asociación como un referente para quien tiene que afrontar una situación como la que ellas vivieron. Gracias a su experiencia y a al aprendizaje realizado durante los últimos años, desde Besarkada ejercen trabajos de formación en centros educativos , servicios sociales, Policía Foral y “cualquier municipio que quiera trabajar con nosotras”.