Las medidas sancionadoras que aplican los centros educativos navarros al alumnado que incumple el reglamento sobre el uso del móvil son diversas y van desde confiscar el aparato durante unas horas o días hasta la expulsión. Los colegios e institutos suelen notificar lo ocurrido a las familias y en ocasiones exigen que sean los propios progenitores quienes acudan al centro a recoger el teléfono.

Varios de los centros educativos consultados para realizar este reportaje afirman que su actuación consiste en requisar el teléfono al estudiante y devolvérselo al final de la jornada lectiva. Es el caso del IES Plaza de la Cruz, la Escuela de Arte de Corella, el IES Altsasu, el IES Biurdana o IES Amazabal cuyo directora Goretti Calderón explica que “la primera vez se les retira el móvil, se notifica a la familia y al final de la jornada escolar se le devuelve el móvil al alumno. Si vuelve a ocurrir, es la familia la que debe acercarse a recoger el teléfono”.

En otros institutos, la práctica es similar pero los progenitores o tutores legales deben acudir siempre al centro para que los menores recuperen el teléfono. Es la forma de proceder del IES Sarriguren, IES Askatasuna, IES Joaquín Romera de Mendavia, IES Pablo Sarasate de Lodosa, de las ikastolas de Garces de los Fayos de Tafalla e Iñigo Aritza de Alsasua o del colegio Santa Catalina. “Si les vemos con el teléfono se lo requisamos y para recuperarlo tienen que acudir sus padres. En caso de que tengan autorización familiar ellos mismos podrán recogerlo al día siguiente”, explica Rexu Urrutia, directora de la ikastola de Tafalla.

“Si lo entrega, lo custodia el jefe de estudios y la familia debe venir al día siguiente a recogerlo, no se entregan el mismo día que se requisan. Si el alumnado no entrega el móvil al profesorado, se le sanciona con un día de modificación del horario lectivo”, señala Mª Jose Torres, directora del IES Pablo Sarasate.

Confiscado días o semanas

Otros centros son más severos y confiscan el móvil durante 24 horas (Paz de Ziganda ikastola e IESO Ochoa de Olza), 3 días (Sagrado Corazón, de Bera) y hasta una semana (IES Alhama de Corella) o dos. “Retiramos el móvil al alumnado durante dos semanas a excepción de la tarjeta SIM que se le devuelve”, explica Héctor Fernández, director del IES Basoko. En el colegio Larraona, la primera vez que lo usan sin permiso se les retira el móvil una semana, la segunda el castigo es de dos y la tercera, un mes.

En algunos centros, el uso del móvil puede suponer la “expulsión directa”, como es el caso del IES Marqués de Villena, o del CIP Elizondo donde “supone una falta de disciplina por lo que la medida sancionadora son dos días de expulsión. El alumnado tiene la opción de conmutarla dejando el móvil en secretaria durante una semana de 8.30 a 15 horas (sin usarlo en el recreo)”. En el CIP de Energías Renovables, el reglamento establece que el uso indebido del móvil es una falta leve contra la convivencia y la acumulación de tres faltas leves acarrea la expulsión.

Por su parte, en Liceo Monjardín, si un alumno no deja el móvil en las taquillas cerradas con llave que tienen en la clase, explica su director Edgar Andueza, “se considera una falta grave y supone la expulsión del aula y la pérdida del derecho a asistir a clase durante el resto de la mañana. El estudiante va a la sala de estudio hasta que la dirección contacte con la familia”.