En el estudio que han realizado hablan de implantar una estrategia de desprescripción para frenar el aumento del uso de gabapentinoides, ¿en qué consiste esto? 

–Esto es algo que en Navarra ya se ha hecho anteriormente con otros medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol), los fármacos para la incontinencia urinaria, con las estatinas que reducen el colesterol... La desprescripción consisten en una retirada de un fármaco bien porque ya no es necesario, no está haciendo su efecto o está produciendo efectos adversos. Se identifica a los pacientes diana –que en este caso serían quienes están en tratamiento con gabapentina y pregabalina en indicaciones no autorizadas– y se les envíaría a sus médicos una propuesta para suspender el tratamiento a través de la historia clínica del paciente con una herramienta on line que tenemos los farmacéuticos. La propuesta va asociada a un mensaje en el que se explica cómo suspender el tratamiento y por qué y ya cada médico decide si la acepta o no. Por lo general, en el caso de los gabapentinoides se recomienda que la retirada del fármaco sea gradual porque no es adecuado dejar de tomarlo de manera brusca. Se suele reducir su dosis un 25% a la semana para evitar que aparezcan síntomas de retirada; y en caso de que al disminuir el tratamiento aparezcan, se mantienen las dosis, se deja que pase un tiempo y se vuelven a intentar reducir.

Además del visto bueno del médico, también habrá que consensuarlo con el paciente, ¿no?

–Claro, el paciente tiene que estar convencido de que es lo mejor. Al final estos pacientes se están arriesgando a múltiples efectos adversos a cambio de ningún beneficio.

¿Quién decide que se lleve a cabo esta estrategia de desprescripción?

–Es algo que surge de nuestro servicio, de la Subdirección de Farmacia y Prestaciones de Osasunbidea, pero para llevarlo a cabo nos apoyamos en otros servicios. Por ejemplo, cuando hicimos la desprescripción de los inhibidores de la bomba de protones (que son los conocidos como protectores de estómago como el omeprazol) nos apoyamos en los Servicios de Digestivo y también con Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea. Nos juntamos con ellos, les exponemos nuestros motivos y entre todos se decide si se pone en marcha o no.

En Estados Unidos vemos los estragos que está causando el fentanilo y en algunos puntos del Estado también se está detectando un aumento del consumo, ¿los gabapentinoides pueden llegar a producir una crisis de Salud Pública similar?

–No, la situación no tiene nada que ver con la del fentanilo. Los gabapentinoides no son un medicamento tan potente, no tiene el potencial tan peligroso que tiene el fentanilo. Pero sí que hay un problema con pacientes que combinan ambos, porque pueden tener graves efectos secundarios.

Aquí el consumo de fentanilo está bastante controlado, ¿no?

–Sí, en España está bajo control, la realidad no tiene nada que ver con la de Estados Unidos. De hecho, desde julio de 2021 el fentanilo de liberación rápida tiene un “visado”, es decir, desde entonces solo se autoriza mediante visado de Inspección a los pacientes que cumplan la indicación aprobada en ficha técnica, que es el tratamiento del dolor irruptivo oncológico. De manera que su consumo se ha restringido mucho.