Desde que el Proyecto Zorzales nació en el 2020 con el propósito de promover el seguimiento y el aprovechamiento sostenible de las distintas especies de zorzales existentes en España, cinco cotos zorzaleros de la Comunidad foral han colaborado con esta iniciativa de ciencia ciudadana. Tres de ellos lo hicieron en el 2021 y los otros dos, el pasado año. En ellos, se registraron 261 observaciones y 379 capturas de zorzal común; 532 observaciones y 198 capturas de alirrojo; 168 observaciones y 3 capturas de charlo; y 130 observaciones y 23 capturas de zorzal real.

Estos son los datos que manejan los organizadores de esta actividad promovida por la Fundación Artemisan, que cuenta con el patrocinio de Mutuasport. Además, apuntan que, desde el inicio del Observatorio Cinegético, se han realizado en Navarra seis censos a pie de especies migratorias invernantes (dos en el 2021 y cuatro en el 2022). Los registros de todos ellos arrojaron 448 observaciones de zorzal común, 25 de alirrojo y 5 de charlo, ya que no hubo ninguno de zorzal real. En promedio, se recorrieron 3,8 kilómetros, con una duración de 70 minutos, mientras que el hábitat más representado durante esos censos fue el agrícola arbolado.

Hay más datos, como que los cazadores navarros que han colaborado con este proyecto han notificado la recuperación de 34 zorzales anillados (2 en el 2020, 7 en el 2021, 15 en el 2022 y, por el momento, 10 en este año 2023). De ellos, 31 de las anillas pertenecían a zorzales comunes, 2 a alirrojo y 1 a charlo. Toda esta información surgida de Navarra se une a las cifras que los investigadores llevan recibiendo desde el 2020 desde todas las comunidades españolas. Carlos Sánchez, director de investigación de la Fundación Artemisan, explica que están encarando ya la recta final del proyecto, que surgió con la frontera temporal de cuatro años, aunque les gustaría poder ampliarlo. “Estamos muy contentos, porque la participación, en líneas generales, ha sido espectacular. No nos la esperábamos”, remarca. Lo ejemplifica perfectamente el hecho de que, en estos tres años del Proyecto Zorzales, los cazadores han devuelto más anillas que en los anteriores diez. “El sector cinegético está comprendiendo que esta es la forma de poder seguir cazando”, sostiene.

Pese a la alta participación general, apuntan que, en Navarra, es necesario incrementar el número de cazadores que colaboren, ya que su número no es demasiado alto. Por ello, animan a informarse sobre esta iniciativa y a conocer las diferentes formas en las que se puede participar. “Ahora estamos terminando los informes y los estudios, pero estamos concienciados en sacar cosas útiles. Todo lo que estamos haciendo es por el bien de la caza de los zorzales”, defiende.

La oportunidad de involucrarse en su causa llega ahora, ya que el pasado 15 de noviembre arrancó la nueva campaña de censos de aves migratorias invernantes. Durante este tiempo, los colaboradores que ya participan desde años anteriores deberán repetir los censos realizados en la campaña previa. Por otro lado, en el caso de las nuevas personas que se animen a aportar información al proyecto, deberán realizar un recorrido a pie de entre cuatro y seis kilómetros, que se sitúe en sitios favorables a la especie y que tenga lugar un par de horas después del amanecer y en una sola cuadrícula UTM 10x10 km.

En los censos de migratorias invernantes, los investigadores del Proyecto Zorzales proponen la realización de dos conteos a lo largo del invierno, siempre en días en los que no haya actividad cinegética. El primero de ellos, entre el 15 de noviembre y el 31 de diciembre; y el segundo, entre el 1 de enero y el 15 de febrero.

Los censos se llevan a cabo mediante la aplicación CensData, la herramienta principal del Observatorio Cinegético. Se trata de una herramienta digital colaborativa entre cazadores y científicos, que fue puesta en marcha por la Fundación Artemisan, Bineo Consulting y la Real Federación Española de Caza, que contó también con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Mutuasport, y que dispuso de la financiación de las empresas Hornady y Hart. En cuanto a las cifras de la campaña 2022-2023, en ella se registraron un total de 704 censos válidos de aves migratorias invernantes. Se realizaron a pie y alcanzaron la monitorización de 399 cuadrículas UTM 10x10 km, con un recorrido de 3.266 kilómetros, que fue realizado por los distintos colaboradores de todo el país. Actualmente, son más de 2.500 los usuarios registrados en el Observatorio Cinegético y, desde su nacimiento, se han realizado ya más de 8.100 censos válidos, convirtiéndose en la mayor red de monitorización de fauna silvestre a nivel nacional, gracias a la colaboración altruista de cazadores de toda España.

Con este proyecto de ciencia ciudadana se están consiguiendo datos válidos y contrastables sobre la situación de las diferentes poblaciones de fauna silvestre en nuestro país, una información imprescindible para una correcta toma de decisiones con la que se dé una gestión sostenible de la actividad cinegética por parte de gestores y administraciones. Los interesados en participar en el Observatorio Cinegético pueden obtener más información en la página web del proyecto (www.observatoriocinegetico.org), en la sección de investigación del portal web de la Fundación Artemisan, o contactando con los investigadores en el correo electrónico info@observatoriocinegetico.org o a través de WhatsApp en el número de teléfono 628491716.Dentro del proyecto, se ha llevado a cabo también la monitorización con tecnología GPS de diversos ejemplares de zorzal. El más llamativo de ellos surgió, precisamente, de Navarra. El zorzal común en cuestión se capturó en la Comunidad foral a finales de febrero del 2023 y permaneció en la zona hasta finales de marzo, cuando inició su migración prenupcial hacia el norte de Europa. Tardó un mes en cruzar Francia, haciendo paradas tanto en la región de las Landas, como en otras zonas forestales del centro del país. A finales de abril, llegó a Alemania, desplazándose hacia el norte, para permanecer a orillas del mar Báltico hasta principios de mayo. En dos días, cruzó el Báltico, mientras que el 8 de mayo, llegó a Finlandia. La localización más norteña la envió a mediados de junio, en la isla rusa de Yuzhny. A finales de junio, regresó al norte de Finlandia, donde estableció su zona de reproducción, tras haber recorrido más de 6.000 kilómetros.

Sin embargo, los encargados del proyecto reconocen que estos dispositivos GPS son muy costosos, por lo que no es posible incrementarlos a gran escala. En este sentido, afirman que el anillamiento es la metodología más comúnmente empleada para conocer las rutas migratorias de las diferentes especies de zorzales. Gracias a la colaboración de los cazadores españoles, se han recuperado en los últimos tres años un total de 594 anillas de zorzales. “Necesitamos aumentar la información de estas especies para garantizar su conservación y poder implementar un aprovechamiento cinegético sostenible de sus poblaciones”, sentencian desde la Fundación Artemisan.