¿Cual es la receta para sacar una nota muy buena en el examen de Químico Interno Residente (QIR)? Eduardo Montenegro Ramos, graduado en Química y Bioquímica por la Universidad de Navarra (UN) que ha obtenido la segunda mejor calificación del Estado, lo tiene claro. “Sobre todo constancia. No es el primer año que me presentaba. Realmente era el tercero, porque el primero –acababa de terminar la carrera– fui a ver cómo era el examen; el año pasado me quedé a las puertas y este año ha sido cuando he sacado la plaza. Creo que la clave está en ser constante, en esforzarse muchísimo, en sacrificar cosas que a lo mejor te apetecen hacer en un momento dado por un bien mayor y, sobre todo eso, constancia”, explica este vecino de Pamplona de 26 años

Natural de Reus (Tarragona), Eduardo ha logrado una de las 27 plazas ofertadas de esta formación sanitaria especializada. “Aún estoy asimilándolo porque no me esperaba un resultado tan bueno, pero estoy muy contento. ¡Lo tuve que mirar cuatro veces para ver que no me había confundido! Es una sensación increíble que, sin duda, compensa con creces todo el esfuerzo y sacrificio realizados”, reconoce. En la prueba, que se celebró el pasado 20 de enero, había 279 personas admitidas, se presentaron 213 y aprobaron 182 (el 85%).

Eduardo ha conseguido su objetivo a la tercera y, por ello, recomienda a las personas que no lo han logrado todavía que “no se rindan. Sé que es un chasco, que se te queda un sabor de boca un tanto amargo, pero una oposición es una carrera de fondo y, si sigues luchando, al final lo sacas; con esfuerzo se saca todo”.

Los más difícil, lidiar con la frustración

Para este brillante estudiante lo más difícil ha sido lidiar con la frustración que, por ejemplo, genera “pensar que esta semana tenía que haber hecho tanto y no he llegado hasta tal punto o me apetece mucho hacer este plan con un amigo que hace mucho que no veo, pero no puedo porque tengo que estudiar o porque a la mañana siguiente debo madrugar muy pronto”.

En cuanto a la preparación para el examen, explica que se organizó el estudio en tres bloques o vueltas al temario; en el primero estudiaba unas 8 horas diarias; en el segundo, unas 10; y en el tercero, 12. “Reservé un mes justo hasta el día del examen para repasar y aquí ya no contaba las horas, desde que me levantaba, a las 6.00, hasta las 11 de la noche”, si bien reconoce que, salvo este último mes, intentaba descansar un día a la semana.

“La satisfacción de lograr una plaza compensa muchísimo el esfuerzo que le tienes que dedicar”

Eduardo Montenegro Ramos - Nº 2 en el examen del QIR

Eduardo quiere hacer Bioquímica Clínica en el Hospital de la Paz de Madrid y considera que la oposición se le ha hecho menos complicada por su formación. “El amplio abanico de conocimientos, tanto en Química como en Bioquímica, con el que sales al terminar el doble grado sin duda creo que me ha hecho más llevadera la oposición. Estudiar estas dos carreras te enseña a asociar conceptos entre materias afines, te abre la mente y te enseña a pensar, a razonar y a relacionar”, afirma, y recalca a quienes se estén planteando hacer “una residencia de Química, Bioquímica o Farmacia que, si es su meta, le dediquen tiempo, que al final todo se consigue, que no se frustren si no lo sacan a la primera. La satisfacción de lograr una plaza compensa muchísimo el esfuerzo que le tienes que dedicar”. 

Además de Eduardo, otros dos graduados de la UN han aprobado el QIR: Jon Ander Simón, donostiarra graduado en Bioquímica, ha quedado el 28; e Izaskun Olleta, pamplonesa graduada en Química, ha obtenido el puesto 56.