La gerente de la Red de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O), Sara Chivite, ha afirmado este martes que “estamos en un proceso de cambio a nivel asistencial”. Así, ha explicado que “una de las dificultades que tenemos es la sobresaturación de los centros de salud mental”, que dedican “mucho tiempo a atender aspectos de trastornos mentales comunes, de la vida cotidiana, por lo que deberíamos, y estamos en ello, organizarlo de otra forma para que sean atendidos en el medio natural de la comunidad por los propios equipos de Atención Primaria”. Con ese propósito, ha proseguido, se puso en marcha un proyecto de Psicología en Primaria que “está siendo una experiencia muy rica” y, de hecho, “podemos empezar a segmentar y a trabajar intensamente aquellos trastornos graves de manera más eficaz”, especialmente los trastornos límites de personalidad, que “no son muchos pero generan gran malestar”; los de conducta alimentaria; y los adictivos, “una de las apuestas importantes a futuro”.
Chivite ha participado en la jornada Conversa de Salud Mental, que ha organizado Cadena Ser con el impulso de Fundación Caja Navarra en Civican. En su intervención, ha abogado por “desarrollar todo lo que tiene que ver con la participación de las y los usuarios, con la inclusión de quienes padecen en primera persona problemas de salud mental y que trabajen en formación, así como en alguno de los equipos que queremos poner en marcha”.
Unos 600 profesionales en la Red
En la Red de Salud Mental, donde trabajan en equipos multidisciplinares entre 560 y 600 profesionales, hay “diferentes niveles asistenciales según las necesidades que plantean las personas usuarias. Por un lado, están los centros de salud mental, que son la puerta de entrada, tenemos recursos intermedios para hospitalizaciones parciales y toda una red de hospitalización, para acoger desde pacientes agudos a crónicos”, ha expuesto Chivite.
“Durante estos años hemos tenido muchas dificultades y una de ellas fue la pandemia, que fue devastadora”
Preguntada por qué valoración hace del desarrollo del plan estratégico de Salud Mental 2019-2023, ha respondido que han iniciado ahora la evaluación y “vamos despacio”. No obstante, ha añadido, “durante estos años hemos tenido muchas dificultades y una de ellas fue la pandemia, que resultó devastadora. El impacto no solamente sanitario, económico, en educación, en el bienestar, en mortalidad..., todo lo que supuso hizo que tuviéramos que reorganizar los recursos de una manera, además, a salto de mata”. “Esto ha tenido unas consecuencias, que son evidentes, porque ha habido posteriormente una avalancha importante hacia Salud Mental” y también supuso “una ruptura y una oportunidad para volverse a replantear las cosas y seguir de otra manera”, dijo.
Chivite ha destacado el “buen” trabajo desarrollado en la detección y prevención del suicidio, donde “hemos avanzado aunque quedan cosas”, que se “ha consolidado el programa de primeros episodios psicóticos”, así como la labor realizada con población con problemas judiciales y drogadicción en la cárcel. En cambio, ha calificado de “más discreta” la mejora en cuanto al “empoderamiento y el papel que queremos que tengan los usuarios en la Red” o el plan de comunicación.
