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“Ya no hay enfermedades locales, son todas globales”

Científicos advierten en Pamplona de cómo el cambio climático agudiza los riesgos de la globalización para la salud mundial

“Ya no hay enfermedades locales, son todas globales”Oskar Montero

La pandemia del coronavirusde hace ya cuatro años puso en evidencia las fragilidades de un mundo globalizado en cuanto a salud mundial se refiere. En cuestión de pocos meses la población de todos los continentes se vio afectada por el virus, un hecho que se espera que vuelva a suceder y, debido al cambio climático, cada vez con enfermedades más graves. 

“Somos muchos, vivimos muy juntos y nos movemos mucho”, resumió el microbiólogo Ignacio López ayer en un foro de salud en el Colegio de Médicos, como “el mejor escenario para transmitir cualquier enfermedad a nivel mundial” y añadió que “además, estamos en contacto estrecho con los animales”.  

Para poder analizar por partes la evolución de las enfermedades “es necesario estudiar el agente patógeno, el hospedador y el ambiente”. Los microorganismos evolucionan a alta velocidad y, como tal, se adaptan a los fenómenos en el ambiente provocados por el cambio climático como el aumento de temperaturas, las inundaciones, las sequías o los incendios forestales. López se centró en las enfermedades trasmitidas por vectores, aquellos animales que transmiten enfermedades infecciosas, y señaló que “el mosquito es el animal más peligroso del mundo, puede transmitir más de 100 enfermedades”. 

En los últimos años estos animales responden a los cambios en el clima y “cambian de latitud”, causando que “ya no haya enfermedades tropicales o subtropicales, son todas globales”. El mayor ejemplo es la actual epidemia de dengue que está viviendo con especial dureza Latinoamérica con 40.000 muertes y alrededor de 100 millones de casos. También Europa sufre las consecuencias y todo el sur ha detectado en los últimos 10 años casos autóctonos de mosquito tigre o de la fiebre Crimea-Congo, transmitida por garrapatas. 

Nuevas amenazas

Además de la adaptación al ambiente, “los agentes patógenos llevan varios años desarrollando resistencia a los antibióticos”, en lo que profundizó el catedrático en Farmacia, Gorka Orive. Los animales vectores desarrollan cepas resistentes que hacen que las enfermedades no sean tratables y que se trasmiten genéticamente entre ellos. “No solo resisten a los antiobióticos clásicos sino que se han detectado casos de resistencia en tratamientos de tuberculosis, malaria o VIH”, señaló Orive.

Por otro lado, incidió en la contaminación por fármacos, un fenómeno investigado desde hace poco y del que se ha descubierto que “de los 4.000 fármacos disponibles para uso humano y animal, ya hay 1.000 detectados a nivel ambiental y global”. Otro agente del cambio climático que ha sido detectado en zonas del todo el planeta, incluida la Antártida. 

La última parte de la definición de la población actual de López destaca el “contacto estrecho con animales”. La veterinaria y viróloga, Elisa Pérez, incidió en la crisis de la gripe aviar H5N1 que no ha dejado de crecer y sorprender en los últimos tres años. En 2020 se empezaron a detectar miles de casos en aves silvestres en todos los continentes salvo Oceanía y en cuestión de tres años ha ido subiendo escalones de contagio pasando por mamíferos como leones marinos, aves domésticas, gatos domésticos y, en el último mes, incluso vacas, en decenas de granjas de Estados Unidos, lo que ha causado el primer caso de transmisión de un mamífero a un humano.

Ante esta situación, los tres investigadores reivindicaron la necesidad de afrontar las políticas sanitarias desde un punto de vista general y no local y entender que los peligros nos afectan a todos por igual, lo denominado la Salud Global.