Más de 4.750 docentes deben enfrentarse en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) a la tercera y última jornada de los concursos de oposición de mayor magnitud de Navarra, tanto en el número de aspirantes (12.633 en total) como en el número de plazas (401). En concreto, la jornada ha contado con 3.284 personas que se han examinado para lograr una de las 114 plazas fijas que se ofertan en las distintas especialidades de castellano: 10 en Audición y Lenguaje; 26 en Educación Infantil; 58 en Educación Primaria y 20 en Pedagogía Terapéutica. Por otro lado, se presentan 1.478 para 46 plazas que se ofertan en la OPE de euskera (16 en Educación Infantil; 25 en Educación Primaria y 5 en Pedagogía Terapéutica).

Las pruebas han tenido una estructura similar a las anteriores: a las 9.00 horas, momento en el que los aspirantes han tenido que demostrar sus conocimientos a través de un examen teórico, de un máximo de dos horas, en el que los docentes han escogido entre uno de los dos temas que se han propuesto de forma aleatoria; este apartado supone el 50% de la calificación. Después del descanso, a las 12.15 horas tuvo lugar un caso práctico de una situación en el aula. En este caso, la calificación de la prueba también cuenta un 50% y la intención es que el futuro maestro demuestre su formación científica y el dominio de las habilidades técnicas correspondientes a una de las cuatro especialidades a las que opta. Aquellas personas que suspendan esta parte no podrán presentarse a la segunda, que tendrá lugar en julio y que, de nuevo, estará dividida en dos partes: la primera, una presentación y defensa de una programación didáctica; y la segunda, la preparación y exposición de una unidad didáctica. En ambos casos, las personas aspirantes deberán obtener, al menos, 2,5 puntos para que sea posible la ponderación.

Todas estas pruebas forman parte de un importante proceso de estabilización docente en el que la Comunidad Foral se encuentra inmersa. De hecho, el año pasado se llegaron a ofertar un total de 526 plazas (315 para cuerpos estatales y 211 plazas PAI) que fueron adjudicadas en sendos concursos de méritos, sin examen; un asunto que ha provocado bastantes críticas y quejas por parte de los interesados en obtener empleo en alguna de las especialidades. Y este año, a pesar de que el proceso se haya modificado y vuelva a ser el tradicional, también ha sido sometido a juicio, ya que responsables del sindicato AFAPNA han valorado negativamente el sistema de acceso y han considerado que es algo que tendría que modificarse.

En concreto, han propuesto el tipo test como un método con el que se agilizaría el proceso de corrección para los miembros del tribunal y tendrían más probabilidades de aprobar que “solo desarrollando un tema”. Incluso, han llegado a apuntar que de esta manera sería algo más justo porque “si no, se juega mucho al azar”, ha señalado Yolanda Erro, presidenta de la central sindical. Con todo, este sindicato no ha sido el único en mostrar su desaprobación: algunos de los aspirantes a maestros han denunciado que los 25 temas resultan “inabarcables” para aquellos que tienen que estudiar y trabajar a la vez, por lo que en muchos casos se llega a la prueba sin haber estudiado y “solo venimos a probar suerte y a ver qué ha caído para intentarlo al año siguiente”, ha criticado Oihane Fernández, de 32 años, una de las aspirantes a Educación Primaria.