Una prueba que marcará su futuro. Las personas aspirantes al concurso-oposición de maestros de Educación Infantil y Primaria han llegado al aulario de la UPNA con nervios, dudas y muchos resoplidos. En algunos casos porque no se sabían el temario; en otros, porque llevaban ya muchas pruebas y querían poner fin a este largo proceso. Sin embargo, todos ellos han ido con la intención de echar suertes y ver si era posible que entrasen en las listas.

Lorea Irisarri, de 31 años, ha salido de un examen que ya conocía, como consecuencia de haberse presentado anteriormente, con pocas expectativas porque no le había salido bien el caso práctico de su especialidad, Educación Infantil. “Se planteaba el caso de una familia extranjera con un hijo que tenía problemas auditivos y que no participaba mucho en la escuela. Teníamos que plantear una actividad que entremezclara estos dos temas”, ha contado.

Sin embargo, el tener que compaginar trabajo y estudio le dificultó la tarea de aprenderse los 25 temas, así que ha tenido que llegar al examen con algunas partes del temario que no había tocado. En ese sentido, no fue la única a la que le ha ocurrido esta situación. Oihane Fernández tampoco ha podido prepararlo mucho, aunque ha aprovechado que el temario era similar al de PAI para intentar acceder a través de castellano, aunque ella prefiere inglés. “Hay días que sales cansada de trabajar o que tienes que preparar la lección del día siguiente y no te da tiempo a estudiar porque no te puedes organizar como quisieras”, ha apuntado.

En esa misma línea, Andoni Ezkerro, de 27 años, y Xabier Erdociain, de 28 años, tampoco han podido estudiar demasiado por falta de tiempo: “Durante la semana estoy en un colegio y los sábados y domingos tengo otro trabajo, así que es imposible. “Además de estudiar la oposición, hay que llegar a fin de mes”, ha relatado Xabier. Por su parte, aunque Andoni ha reconocido haber estudiado algo más, también ha querido denunciar esta situación: “Invierto buena parte de mi día en Volkswagen y llego muy cansado a casa. La prueba no me ha salido bien, así que yo tendré que estar otro año más en la fábrica y Xabier otro en el bar”, ha concluido.