El departamento de Salud derivó el año pasado 1.963 pacientes a la Clínica Universidad de Navarra (CUN) para aligerar las listas de espera con un coste de casi dos millones de euros. La cada vez más complicada situación con las listas de espera –en agosto se marcó el récord con más de 70.000 pacientes– ha obligado a Salud a tomar medidas para tratar de rebajar el número de pacientes que aguardan una primera consulta o una operación, que principalmente pasan por incrementar la actividad extraordinaria y por aumentar las derivaciones a lo privado.

Por ello, el anterior departamento de Salud habilitó en marzo de 2023 una partida presupuestaria denominada Estrategias para listas de espera, destinada a cubrir gastos como las derivaciones de pacientes a centros privados para recibir una primera consulta o una intervención quirúrgica. De esta manera, entre marzo y diciembre del año pasado Salud derivó 1.963 pacientes a la CUN con una facturación total de 1.960.823 euros, es decir, unos 1.000 euros por paciente que fueron imputados a esa partida específica, según se recoge en la Memoria de 2023 de Osasunbidea.

Esta derivación, aclara el documento, obedece “a la remisión masiva motivada por las listas de espera”, dada “la urgente necesidad” de reducir las listas de espera. Tal y como se refleja en la memoria, las primeras consultas derivadas a la CUN casi se multiplicaron por cuatro el año pasado con respecto a 2022, las consultas sucesivas aumentaron un 26% y las intervenciones quirúrgicas un 32%.

Cabe destacar, que el año pasado Osasunbidea derivó a la CUN un total de 7.667 pacientes –un 12,87% más que en 2022– para diferentes tipos de atenciones como ingresos, consultas, exploraciones diagnósticas, tratamientos especiales, operaciones, etc., con un coste total de 20,33 millones de euros. El 51,92% de los atendidos fueron mujeres y la media mensual de pacientes fue de 1.083, según se explica en la memoria.

Las especialidades

En lo que respecta a las más de 1.900 personas que han sido derivadas únicamente para aliviar las listas de espera, el documento detalla que son pacientes de cuatro especialidades: Traumatología, Cardiología, Oftalmología, Otorrinolaringología y Rehabilitación, que son aquellas que presentan un mayor número de personas a la espera de una primera consulta con el especialista o de una intervención quirúrgica en el sistema público.

Dos de cada cinco personas derivadas eran pacientes de Oftalmología y una de cada tres de Otorrinolaringología. No obstante, el porcentaje mayor de gasto generado corresponde a Cardiología (31,74%), pese a que los pacientes derivados a esta especialidad tan solo suponen el 7,9% del total. “El gasto en Oftalmología ha sido del 40,50% del total y el de Otorrinolaringología el 22,52%”, recoge la Memoria de Osasunbidea.

En lo relativo a conciertos con otros centros privados, Osasunbidea destinó 26,6 millones a la atención de 12.503 pacientes en el Hospital San Juan de Dios; 1,9 millones a la Clínica Josefina Arregui por atender a 294 usuarios; y 210.735 euros al Centro Asistencial La Ribera, que atendió a 4.185 personas el año pasado.

Las pruebas diagnósticas derivadas a lo privado crecen un 18% en 4 años

Por otra parte, las pruebas diagnósticas –resonancias, ecografías, colonoscopias, etc.– derivadas al ámbito privado han crecido un 20% en los últimos cuatro años. Así se recoge en la Memoria de Osasunbidea, en la que se justifica la necesidad de la contratación de las pruebas diagnósticas “por la existenciade listas de espera y la falta de personal sanitario suficiente que permita realizar las pruebas en el tiempo que por su condición de diagnósticas se requiere”.

El año pasado se derivaron un total de 54.967 pruebas a centros privados, que tuvieron un coste total de 3,28 millones de euros entre resonancias magnéticas, ecografías y colonoscopias. El coste fue un 3,67% mayor que en 2022 –cuando se realizaron 54.527 pruebas–, ya que en septiembre de 2023 se concertó por primera vez estudios de mama. Antes de la pandemia, en 2019, las pruebas derivadas a centros privados fueron 45.780.

El mayor gasto que tuvo que afrontar Osasunbidea fue la concertación de resonancias magnéticas, para las que se derivaron a 21.857 pacientes y que tuvo un coste total de 1,82 millones. En cuanto a las ecografías, las derivaciones han aumentado hasta un total de 27.079 usuarios y el coste también se ha elevado a los 920.831 euros. Las colonoscopias, en cambio, se reducen un 29% con respecto a 2022, al realizarse el año pasado 1.471 pruebas a 1.461 pacientes, que conllevaron un presupuesto de 483.956 euros.

Por último, en septiembre de 2023 se comenzó a derivar por primera vez a pacientes para recibir un estudio de mama. El número de pacientes atendidos –de septiembre a diciembre del año pasado– fue de 405 mujeres y 33 hombres, siendo el grupo de edad mayoritario el de 40 a 60 años. En total se realizaron 804 estudios de mama, 367 fueron ecografías mamarias, 314 mamografías bilaterales y 123 punciones de biopsia, que tuvieron un coste total de 59.056 euros.