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“Casi toda mi vida he notado que algo estaba mal, pero no sabía qué”

Luis Antonio Álvarez de Eulate Díez narra su historia con la esquizofrenia para conmemorar el Día de la Salud Mental

“Casi toda mi vida he notado que algo estaba mal, pero no sabía qué”Javier Arizaleta

Con 36 años por fin llegó el diagnóstico de Luis: esquizofrenia paranoide. Pero, hasta aquel momento, pasaron cerca de 26 años en los que él era consciente de que “algo estaba mal, pero no terminaba de entender qué ocurría”. En la actualidad, a sus 62 años, Luis Antonio Álvarez de Eulate Díez ha aprendido a convivir “bastante bien” con la enfermedad. Aunque no siempre ha sido así para este vecino de Villatuerta afincado en Estella.  

Su historia con la esquizofrenia paranoide se remonta a la etapa universitaria, cuando Luis contaba con unos veinte años. “Durante prácticamente toda mi vida he sido consciente de que algo estaba mal” sin saber exactamente qué es lo que estaba ocurriendo. “Me notaba raro, y luego se puso peor”, añadió. Entre los efectos que comenzó a experimentar, Luis recordó en especial la pérdida de amistades, problemas en los estudios o para concentrarse

Al finalizar la universidad, explicó Luis, buscó ayuda profesional, “porque sabía que no podía solo”. Sin embargo, “no fue suficiente para frenar el brote psicótico” que terminó por llegar. Antes de que esto ocurriera y recibiera su diagnóstico, Luis rememoró lo “frustrante” que fue esta situación en la que desconocía qué le ocurría, seguía perdiendo amistades y ganas de salir y, además, se encontraba “triste y siempre tenso”.      

Esta realidad se prolongó en el tiempo acompañada de un sentimiento de soledad no deseada, así como de dificultades en el trabajo. “Llegué a desarrollar manías persecutorias, delirios y psicosis, hasta que tuve el brote psicótico”. Fue a raíz de este suceso cuando recibió el diagnóstico, junto con la “invalidez absoluta para trabajar”.

Una familia

“Cuando me diagnosticaron la enfermedad no sabía muy bien qué hacer, así que busqué a gente de la asociación”. Con 40 años Luis se sumó a la Asociación Navarra para la Salud Mental (Anasaps), que cuenta con sede en Estella. En este espacio es donde Luis ha encontrado un ambiente que “funciona como una familia” y que le ofrece una experiencia diaria que calificó como “muy buena”. “Haces amigos y ves que no eres el único y hay más gente como tú”. A través de las actividades que organizan, Luis y otros usuarios con enfermedades mentales superan la barrera de la soledad no deseada y socializan con personas en contextos similares. “La asociación me ha dado una felicidad y alegría muy grandes, de sentir que cuentas para ellos”. 

Además, Luis ha desarrollado en su día a día numerosos hábitos y rutinas para “dominar” la esquizofrenia, desde ir a la biblioteca y practicar senderismo diario, hasta visitar a su madre en Villatuerta.  

Sin embargo, reconoció que hay ocasiones en las que continúa experimentando un “autoestigma” donde “nosotros mismos nos echamos atrás ante retos sociales”, como las fiestas o celebraciones fuera del ambiente de Anasaps. “Conectar con esa situación es más difícil porque todo el mundo está contento o alegre y tú igual estás triste o sin ánimos”.  

Además, añadió que “la sociedad todavía nos estigmatiza como locos, gente rara. No como una enfermedad sino como una tara; casi una maldición”. Y es por eso que desde Anasaps emplean jornadas como la de este jueves, Día de la Salud Mental, con el objetivo de concienciar a la población acerca de que las enfermedades mentales son eso, enfermedades, y “no taras o deficiencias”.